Será sepultado en Puebla

En su primer día como potro lo mataron

Despiden con honores a policía abatido por agente de la PDI

(Foto: Archivo El Gráfico)

(Foto: Archivo El Gráfico)

La roja 22/02/2016 09:16 Arturo Ortiz Mayén Actualizada 09:17
 

Abel Eduardo Ávila Hernández tenía 31 años, ocho dentro de las filas de la policía capitalina y apenas un día como motopatrullero que vigilaba las calles de la delegación Gustavo A. Madero.

La tarde del sábado, en una aparente confusión, Ávila Hernández, quien vivía en Chalco, Estado de México, y tenía el número de placa 874454, fue asesinado al recibir un balazo en el cuello que disparó un agente de la Policía de Investigación de la PGJDF. 

Según la reconstrucción hecha por sus propios compañeros, alrededor de las 13:00 horas, vía radio se emitió una alerta de un intento de robo a un consultorio dental en la colonia Salvador Díaz Mirón.

Abel Eduardo, quien apenas el viernes había sido dado de alta en el agrupamiento Potros, y otro de sus compañeros, Felipe Rodrigo Ponce, fueron los primeros en llegar a la calle Norte 64.

Ambos ingresaron al consultorio. Abel Eduardo ni siquiera se quitó el casco de seguridad. Junto con su compañero entró hasta el sitio donde estaba el médico y recibió un tiro en el cuello, del lado izquierdo, que le costó la vida.

Su compañero Felipe Rodrigo, fue alcanzado por un balazo en el muslo.

Según la procuraduría capitalina, los dos elementos de la policía preventiva ingresaron y sin mediar palabra comenzaron a disparar. Los agentes de la Fiscalía Antisecuestros repelieron la agresión, de acuerdo con esa versión. 

Pero los compañeros de Abel Eduardo aseguran que no fue así, los que dispararon al ver a los uniformados entrar al consultorio fueron los agentes de la PDI.

HOMENAJE

Ayer, la madre y los hermanos de Abel Eduardo lo despidieron con honores en el cuartel del Sector Quiroga. Hasta ahí llegó el Secretario de Seguridad Pública, Hiram Almeida, quien le dio trato de un agente que cayó en cumplimiento de su deber. 

Después de la ceremonia religiosa se encendieron al mismo tiempo las sirenas de las patrullas para darle el último adiós.

En el aire, un helicóptero del Agrupamiento Cóndores sobrevoló el sector para esparcir una lluvia de pétalos de rosas en señal de duelo y respeto por el elemento caído, quien será sepultado en Puebla.

Será este lunes cuando la procuraduría capitalina dé a conocer la situación legal de los policías involucrados en este incidente que cobró la vida del uniformado. 

“Fueron recibidos a tiros”, dicen compañeros 

Por David Fuentes

Compañeros y amigos del policía Abel Eduardo Ávila Hernández, quien murió a manos de un agente de la Policía de Investigación de la procuraduría capitalina, exigen un castigo ejemplar al asegurar que los agentes de la PDI estaban extorsionando a un médico y no brindándole ayuda.

En el anonimato por temor a represalias, los uniformados detallaron que después de recibir la llamada de emergencia y llegar al lugar, fueron recibidos a tiros, por lo que no tuvieron tiempo de reaccionar.

Según su versión, los agentes de la PGJDF nunca se identificaron ni dialogaron, como indicó la dependencia en un comunicado.

“No es cierto eso que estaban ayudando a alguien, si fuera así, como ha sucedido en otros casos, de volada nos avisan en ese momento o incluso antes nos piden apoyo, por eso creemos que estaban haciendo algo mal. Llegaron los compañeros y los recibieron a balazos, eso qué indica, qué quiere decir, que no estaban haciendo un trabajo oficial”, dijo uno de los uniformados, quien pidió no revelar su identidad.

Los compañeros del oficial abatido aseguran que de existir una buena coordinación entre las corporaciones de la ciudad, la balacera nunca se hubiera registrado. 

“Nosotros siempre que llegamos traemos las patrullas, el uniforme y todo el mundo nos identifica, por eso los mismos vecinos nos dijeron que había gente armada y así nos recibieron a tiros. 

“Ahora tenemos a un compañero muerto por una pendejada de los agentes de la Procuraduría y nos damos cuenta que de este lado tampoco nos apoyan, entonces qué hacemos, nos aguantamos y ya”, cuestionó otro de los oficiales entrevistados.

A decir de especialistas en materia de seguridad, esta situación podría generar encono entre los policías de ambas corporaciones.

“Lo delicado aquí es que no es la primera vez que pasa y, más aún, que los encargados de ambas corporaciones no hayan intentado arreglarlo”, explicó Jaime Hinojosa, especialistas en el tema y catedrático en la Universidad Nacional Autónoma de México. 

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