“no toquen eso”, fue la orden del gobierno central
Autoridades atan las manos a socorristas en la Hipódromo Condesa
Autoridades no permiten labores de rescate en edificio colapsado
Archivo: "El Gráfico"
Alejandro Aguilar
“...gobierno central dijo: 'no toquen eso'. Y estamos más de 2 mil gentes desde la mañana, entre doctores, rescatistas, topos, expertos, bomberos, voluntarios y no hemos movido ni una sola piedra, es justo, ¡es justo eso!”.
Esas fueron las palabras de un voluntario desesperado tras más de ocho horas de espera en la esquina de Amsterdam y Cacahuamilpa, donde la parte frontal del edificio número 25 de Amsterdam, en la colonia Hipódromo Condesa, se derrumbó la tarde del 19 de septiembre durante el sismo de 7.1 grados. Entre lágrimas e impotencia, Deisy López Ortiz encaró a uno de los soldados que hacían valla en la calle e impedían el acceso a los cuerpos de rescate. “Yo le deseo de corazón que su mamá no esté en la posición que mi mamá está… ahí… enterrada”.
Eran las 7:00 de la noche del miércoles y aún no se realizaban labores de rescate de especialistas en el edificio donde se encontraba atrapada la señora María Ortiz, madre de Deisy. Aunque podría haber más personas bajo los escombros, sólo sus familiares estaban presentes desde el día del sismo.
Desde las 4 de la tarde del miércoles, en el lugar se encontraba un verdadero ejército de expertos en todas las áreas, voluntarios e incluso un par de grúas y trabajadores de una compañía de construcción que acudió en apoyo. Pero después de varias horas de espera, Protección Civil de la delegación prohibió el acceso y rescate, dejando al Ejército para que resguardara el inmueble.
Fue hasta que un grupo de voluntarios amenazó al Ejercito con pasar sobre de ellos si era necesario, que el elemento responsable accedió a que un topo y un arquitecto ingresaran al inmueble, pese a que horas antes varios expertos habían ingresado y confirmado la posibilidad de que estuviera con vida la mujer, con el apoyo de binomios caninos.
Finalmente, minutos antes de las 9:00 de la noche del miércoles varios voluntarios ingresaron para remover escombros; sin embargo, varios de quienes durante todo el día estuvieron ahí para ayudar, ya se habían retirado, el número de expertos era mínimo, así como la herramienta; además de que las grúas que también se las habían llevado. Sin embargo, durante esa noche varios rescatistas y una doctora, a través del uso del estetoscopio, escucharon que alguien respondía a las peticiones: “Si alguien me escucha por favor haga ruido, grite, trate te mover las manos, un pie, la rodilla, lo que sea para saber que estás con vida”. Lo que alentaba y daba fuerzas para seguir removiendo escombros.
Si bien se dijo que el rescate no se realizaba porque el edificio podría venirse abajo y por una fuga de gas proveniente de cilindros, el inmueble hasta ayer seguía de pie, no hubo explosiones y expertos consideraban que se pudieron realizar labores de remoción de escombro y rescate, porque los riesgos que se enfrentaban eran los comunes en este tipo de casos.
El viernes por la noche se recuperó el cuerpo de doña María. Sin respuesta han quedado varias preguntas acerca de cómo actuaron en las autoridades en la zona. ¿Quién dio la orden de no actuar? ¿Por qué razón? ¿No valía la pena el rescate por ser derrumbe pequeño y con sólo una víctima confirmada? ¿Por qué en Amsterdam y Laredo, a tan sólo unas cuadras sí existió apoyo, y aquí cuando especialista y voluntarios estaban listos para iniciar con el rescate se prohibió toda acción?
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En caso de sismo en un edificio, al bajar las escaleras pregunta cómo van todos; avanza de forma tranquila. Hay personas que quizá no pueden bajar rápido, en esos casos alguien les debe ayudar.