Mujeres asesinaron a secuestradora
Narran horrores del linchamiento en Atlatongo
Habitante asegura que fue “la mano del demonio, no la del Señor la que los mató"
(Foto: Archivo El Gráfico)
Por Emilio Fernández
“Fue la mano del demonio, no la del Señor la que los mató", dice una de las residentes más religiosas de Santiago Atlatongo, que está marcada ya como violenta, insurrecta y así lo reconocen sus pobladores.
Pasaron más de 48 horas para que el kiosco de este poblado se llenara de cientos de sus pobladores para ver o participar en el linchamiento de tres personas, dos hombres y una mujer, a quienes acusaron de secuestrar a un joven albañil identificado como Ezequiel.
Dos de estos presuntos plagiarios murieron por los golpes que les propinó la turba. El tercero, identificado como Pedro de Jesús "N", sobrevivió y ahora está detenido.
Algunos de los habitantes expiaron sus culpas, sus miedos por lo que ocurrió. Se sienten responsables, arrepentidos.
El castigo
"Los hombres le pegaron a los hombres y las mujeres a la mujer. La jalaron del cabello y la arrastraron a la delegación municipal, donde se metieron puras mujeres y le pegaron, ahí la tuvieron un rato y luego la llevaron otra vez al kiosco, antes de que llegara la policía", recordó un vecino.
Le colocaron una soga que sujetaron del barandal, la subían y la dejaron caer varias veces. Estaba ya moribunda.
"¡Mátenme ya, mátenme ya!", suplicaba a sus verdugos, cuando aún podía hablar, contó el residente que vio cómo la castigaban.
El cuerpo del hombre que murió en el kiosco, Octavio "N", de 31 años, oriundo de Ayutla de los Libres, Guerrero, quedó tendido en el piso durante tres horas y media.
Una mujer les rogó a sus vecinos que lo pusieran boca abajo para que no se viera que ya había perdido la vida. "¡No, así que se quede para que todos vean lo que les ocurre a las ratas!", le respondió un hombre.