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Tras escuchar las detonaciones, vecinos de la zona se acercaron al sitio para ver lo que había ocurrido, encontrándose con la víctima ensangrentada dentro del vehículo que se le apreciaban varios impactos de bala, por lo que de inmediato llamaron a los servicios de emergencia.
Minutos después, paramédicos diagnosticaron la muerte de David, a causa de los tres disparos que recibió en el cuerpo: uno en el cuello, otro en la espalda y uno más en el brazo izquierdo.
El lugar de los hechos, donde se pudo contabilizar 9 casquillos de un arma de fuego calibre 9 milímetros, y al automóvil donde se encontraba el cuerpo del comerciante, quedaron bajo el resguardo de policías en espera de los servicios periciales.
Debido a que la víctima era habitante de dicha colonia, la noticia de su asesinato llegó raídamente a su familia, quienes acudieron al lugar a reconocer sus restos, entre ellos estaba Sandra, su esposa quien contó a policías que David tenía más de 10 años dedicado al negocio de las tarimas.
La mujer también comentó que, hace siete años su marido fue detenido por el ataque a balazos en contra de un tarimero de la zona que resultó herido, pero tres meses salió libre al no comprobarse su culpabilidad.
A dos años de la detención del comerciante, su hija de 24 años fue baleada en la espalda, cuando se encontraba en la misma zona, aunque sobrevivió, perdió un riñón a causa de balazo.
Cinco meses después del ataque a la joven, David fue atacado a tiros en las inmediaciones de su negocio, en esa ocasión recibió un tiro en el pecho, del cual pudo recuperarse en un hospital.
Por estos antecedentes, autoridades creen que el homicidio del comerciante se debió a un pleito antaño entre vendedores de tarimas que se ubican en las inmediaciones del lugar del crimen.