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Por: Tania Aguilar
Tras los plomazos, los puestos de comida contiguos tuvieron que bajar sus cortinas y suspender la venta.
Sin importar la lluvia, los vecinos de la unidad habitacional se paraban frente a la escena del crimen para observar la escena.
El hombre era conocido en la zona, pero, los vecinos señalaron desconocer si estaba implicado en asuntos chuecos.
Una señora, presumiblemente esposa del difunto, se tiró en la banqueta y rompió en llanto y gritos al reconocer a su ser querido.
El cadáver quedó sobre la banqueta, justo en la contra esquina de la estación UAM Azcapotzalco del Metrobús. Decenas de usuarios que descendían del transporte se percataron del cuerpo que estaba tendido junto a unas veladoras.
La zona fue acordonada por decenas policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y de la Policía de Investigación (PDI).
Alrededor de las cinco de la tarde peritos de la Fiscalía General de Justicia de la CDMX (FGJCDMX) llegaron al lugar. Al momento de levantar el cadáver, un señor grito desconsolado que lo dejaran despedirse.
-¡Déjenme verlo por última vez!-.