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Miguel, al ver a su familiar, le dijo: “Ya empecé a vomitar otra vez”, por lo que de inmediato pidieron el apoyo de los servicios de emergencia, quienes lo trasladaron al Hospital General de Balbuena.
Entrevistado por los policías en área de urgencias, el afectado señaló que unos hombres, sin precisar su identidad, lo golpearon con un bate.
El primer diagnóstico, tras su ingreso, fue que tenía un abundante sangrado en el tubo digestivo, además de un severo golpe en la cabeza.
Las lesiones en el hígado se agravaron a consecuencia de los trancazos que Miguel recibió, por lo que fue declarado muerto el pasado 2 de marzo, tras una dolorosa agonía.