El lunes 11 de febrero de 2020, esperaba a su madre a la salida de la escuela primaria Enrique C. Rebsamen, en El Barrio de Tulyehualco, en Xochimilco. A las 18:30 horas, cuando su madre María Magdalena Antón debía recogerla, una mujer desconocida se presentó y se llevó a la menor.

Las cámaras de vigilancia captaron el momento en que la pequeña caminaba de la mano con esta mujer, posteriormente identificada como Gladis Giovana Cruz Hernández, quien según las autoridades era conocida por la familia de la víctima.

Gladis llevo la niña a un lugar cercano, donde junto a su pareja, Mario Alberto Reyes Nájera, la torturaron y violaron hasta matarla. El 15 de febrero, el cuerpo sin vida de Fátima fue encontrado en un terreno baldío a menos de 5 kilómetros de su escuela. La Fiscalía General de Justicia de Ciudad de México (FGJCM) confirmó la identidad de la menor mediante pruebas genéticas.

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Su cuerpo fue hallado dentro de un costal, envuelto en una bolsa de plástico.

Casi cinco años después, el dolor de la familia Aldrighett Antón no está dispuesto a ceder. Después de 10 meses de pelear judicialmente frente la pareja de asesinos, contra quienes había pruebas contundentes, según lo dicho por el entonces secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, incluido ADN de la víctima y las cintas de plástico utilizadas para mantenerla cautiva, la jueza encargada del caso se retira por incapacidad médica, por lo que el juicio fue declarado nulo.

“Desde que los feticidas terminaron con la vida de Fátima, nuestro camino para enfrentar la justicia se ha enfrentado a estrategias y amparos por parte de la defensa (para) retrasar o impedir que se llevara a cabo el proceso”, cuenta en una carta la tía de la pequeña, Sonia López.

“A pesar de ello, este año se inició el juicio oral contra Mario N y Giovanna N por el secuestro agravado y feminicidio de Fati; pensamos que finalmente avanzaríamos, y sin embargo recientemente nos notificaron que dicho juicio ha sido declarado nulo, porque la jueza del caso se retira por incapacidad médica, lo que implica que no serán tomados en cuenta los 10 meses en los que se presentaron testigos y peritos expertos, quienes hablaron y exhibieron pruebas en audiencias en las que revivimos la memoria de lo vivido con tensión y dolor”. 

“Esta anulación es una revictimización para la familia”, sostiene en su carta Sonia, quien asegura que revivirán y resistirán un nuevo juicio, con el único fin de alcanzar justicia para Fatima.

Foto: (Especial)

NEGLIGENCIA NUESTRA DE TODOS LOS DÍAS

El feminicidio de Fátima Cecilia Aldrighett Antón sigue mostrando las graves fallas en los protocolos de seguridad escolar y en la respuesta de las autoridades ante casos de desaparición de menores.

Desde los primeros minutos en los que se supo que Fátima haba sido secuestrada, su familia enfrentó múltiples obstáculos al intentar reportar la desaparición. Las autoridades les pidieron esperar 72 horas antes de iniciar la búsqueda formal. "Si nos hubieran brindado realmente más apoyo, mi hija seguiría viva", declaró Magdalena Antón, madre de Fátima, cuando se supo del feminicidio contra la pequeña.

La denuncia formal no pudo presentarse hasta el día siguiente, el 12 de febrero, cuando fueron canalizados a una fiscalía especializada en desaparición de personas. Mientras tanto, familiares y vecinos iniciaron una intensa campaña de búsqueda en la alcaldía Xochimilco y en redes sociales que, cuatro días después, logró encontrar el cuerpo de Fátima.

Gladis Giovana y Mario Alberto fueron recluidos días después, acusados de feminicidio y secuestro agravado. Omar García Harfuch describió los hechos como “un crimen atroz”.

“A Fati no solo le robaron la vida, le arrancaron la inocencia, la esperanza, la paz y, finalmente, el derecho de ser, de crecer, de existir y de cumplir sus sueños, la torturaron hasta quitarle la vida”.

La audiencia del nuevo juicio se reinstalarán este viernes 15 de noviembre, a las 9 de la mañana, en los juzgados del Reclusorio Oriente.