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Y ahí mismo, en el estacionamiento de un comercio era su lugar para descansar.
Pero ayer por la tarde, el hombre cambió de lugar. Solo caminó hacia la calle de enfrente y ahí, debajo de los árboles se cobijó para dormir.
Nadie lo vio rondar en las calles con la botella de alcohol que solía consumir. Tampoco le vieron caminar con el resto de compañeros que también viven en las calles.
Por eso, hoy en la mañana acudieron a la esquina para intentar despertarlo. Al ver que no se movía, pidieron ayuda de los policías de tránsito.
Ellos decidieron llamar a los paramédicos que arribaron al lugar solo para confirmar que el indigente había muerto.
Aunque se desconoce si falleció a causa de una enfermedad, los compañeros de calle piensan que el hombre de unos 45 años no soportó la primera noche de frío después de la temporada templada.