Luego de echarse unas cervecitas, éstas hicieron efecto, por lo que los hombres fueron a orinar a la barda de una vivienda ubicada en la calle Tlatecuhtli.
Pero no contaban con que los propietarios los descubrieron y salieron a reclamarles. Después de las palabras comenzaron los golpes, pero como los cargadores no quisieron retirarse del lugar, un sujeto sacó una pistola y les disparo en varias ocasiones.
Una bala para cada uno fue suficiente para que fueran hospitalizados, los hermanos la libraron.