Automovilista secuestrado hace esta maniobra temeraria para salvarse, pasó en Iztapalapa

CIUDAD DE MÉXICO.- El conductor de un auto, aparentemente de aplicación digital, se impactó a propósito contra otro vehículo que estaba estacionado sobre la calzada Ignacio Zaragoza, el cual, por el impacto se estrelló en la parte trasera de un microbús, en la colonia Ejército de Oriente, en Iztapalapa, lo anterior lo hizo para pedir ayuda a la Policía capitalina, porque dos hombres lo llevaban secuestrado.

Para la buena suerte de la víctima, los agentes que se encontraban en un punto del operativo de “Pasajero Seguro”, se percataron del aparatoso choque y se acercaron a auxiliar al conductor.

En ese momento, del auto descendieron dos hombres, de 23 y 17 años, que comenzaron a correr, por lo que se inició una persecución y, posteriormente, se detuvo a los sospechosos.

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Al revisarlos, los policías les hallaron un arma de fuego corta con tres cargadores y 21 cartuchos útiles. Artefactos que fueron el perfecto justificante para mandarlos al Ministerio Público. 

El chofer contó a los oficiales que los detenidos subieron a su unidad por la fuerza, en la colonia Santa Cruz Venta de Carpio, en Ecatepec, y lo mantuvieron retenido por varios minutos en territorio mexiquense, hasta que cruzó a la Ciudad de México, donde decidió impactarse para pedir ayuda.

Todo esto ocurrió en la misma alcaldía donde un chavo recibió una bala en la nalga, cuando regresaba de una fiesta. 

Fue la madrugada del domingo 25 de junio cuando, al regresar de una fiesta y con unos alcoholes encima, Ángel Daniel, un estudiante del CCH Oriente y habitante de la alcaldía Iztapalapa, descobrió que tenía un balazo en la retaguardia derecha. 

Al ver la sangre que salía de su cuerpo, el joven de tan sólo 16 años de edad pidió ayuda a su mamá, quien no dudó ni por un momento en llevar a su hijo al Hospital del ISSSTE de Zaragoza. 

Tras ser atendido, el chavo aseguró no haber escuchado el disparo, ni haber visto a su agresor. Es más, tal parece que ni cuenta se dio de que la bala se le había incrustado en la nalga, quizá por haber consumido una buena cantidad de bebidas embriagantes.