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De las palabras, pasaron a los golpes. Una vez terminado el “tiro”, el vecino inconforme ingresó a su departamento y tomó una pistola, para después volver a salir. Al ubicar al trabajador de limpia y a su hijo, disparó en su contra.
Alertados por las detonaciones, habitantes de la unidad habitacional salieron de sus departamentos hallando a los dos lesionados, por lo que de inmediato llamaron a los servicios de emergencia.
Mientras tanto, el agresor escapaba del lugar en una motocicleta, y después abordar un vehículo Figo blanco para despistar a los agentes de la Policía y completar su huida.
Al llegar al sitio, paramédicos diagnosticaron a José Mario con cuatro balazos en el tórax, uno más en el brazo izquierdo y dos más en la cadera, mientras que su hijo había recibido dos disparos en el antebrazo derecho y otro más en la espalda. Ambos fueron llevados al Hospital Gea González.
Hasta ese momento, se desconocía la identidad del agresor.