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En una de las recámaras, que en su mayoría se encontraban desordenadas y sin muebles, el hombre estaba recostado en un colchón sin base.
A sangre fría, los sujetos descargaron sus armas sobre el hombre que falleció al instante.
De inmediato, los sicarios bajaron las escaleras, uno de ellos ya no venía cubierto, el otro aún tenía la pistola en la mano.
Las cámaras que se encontraban en la calle lograron filmar a los tipos abordando una motocicleta, el que traía el arma apuntaba a un objetivo que no era visible. Luego, escaparon a toda velocidad.
La ejecución de Erick Paz Colmenares, de 30 años, es una más que se suma a los crímenes perpetrados en contra de ciudadanos venezolanos que han llegado a nuestro país.
Uno de ellos, ejecutado en la zona de Buenavista, dos más calcinadas y abandonadas en terrenos de Topilejo, en Tlalpan. Otros de sus paisas están en prisión.