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Fueron ocho los disparos que alertaron a vecinos de Cristian. Las detonaciones los obligaron a salir de sus casas para indagar qué había ocurrido.
Ahí, a la orilla de la banqueta, hallaron a su vecino. Al ver que él no respondía llamaron al teléfono de la policía, a los paramédicos y a su madre.
Fueron los mismos vecinos quienes le informaron que su hijo había sido baleado en un intento de asalto.
Aunque nadie lo confirmaba, la noticia de que Cristian había sido asaltado corrió de boca en boca hasta que al lugar arribaron los agentes.
Ellos contaron ocho casquillos alrededor del cadáver del hombre de 46 años. También se dieron cuenta de que aún llevaba el teléfono celular en la mano y que a su lado estaba una mochila abierta.
Al revisarla encontraron una cartera con dinero y credenciales que él solía portar.
Por el número de balazos y las pertenencias halladas en el lugar, los agentes piensan que el homicidio no está relacionado con un robo.
Los vecinos dudan que se haya tratado de un ataque directo. Y es que dicen, “él estuvo en el seminario y pasaba la mayor parte del tiempo en la iglesia de la colonia.”
Serán las cámaras de vigilancia y lo que ayude a los agentes a indagar cómo ocurrió el homicidio.