Los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de Sinaloa reclutan a exmilitares y exguerrilleros colombianos con habilidades castrenses para fortalecer sus capacidades de combate contra sus rivales y las fuerzas de seguridad.

Los más requeridos por ambos grupos criminales son los expertos en la fabricación y uso de explosivos caseros para drones y minas, una táctica de ataque militar cada vez más usada entre los cárteles mexicanos, que ya se hizo presente en la guerra que libran las facciones de “Los Chapitos” y “Los Mayos” en Sinaloa.

Autoridades federales tienen detectado que exmilitares y exintegrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) capacitan a integrantes de ambos cárteles y sus células criminales en la colocación de minas, uso de drones con explosivos y fabricación de diversos tipos de explosivos para sus guerras por el control de territorios y para el tráfico de drogas sintéticas.

En el caso del CJNG sus integrantes son adiestrados por exmilitares y exintegrantes de las FARC en los campos de adiestramiento que el grupo criminal mantiene en zonas serranas de los límites de Michoacán y Jalisco.

Aunque esta práctica ya es común en diferentes estados, las autoridades federales identifican a la Tierra Caliente de Michoacán como la región con mayor presencia de exmilitares y exguerrilleros colombianos, quienes son traídos al país con engaños o por voluntad propia.

Cuando a los cárteles los exmilitares ya no les sirven son abandonados o desaparecidos; los que logran escapar acuden a la embajada o consulado para pedir ayuda, la cual en ocasiones no obtienen.

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