Quería ser psicóloga
Ella era Aideé ‘N’, la estudiante asesinada en CCH Oriente
Para ella, ser la primera de los cuatro hijos de la familia Mendoza Jerónimo en convertirse en universitaria fue un gran acontecimiento
Foto: Archivo El Gráfico
Hace cuatro años, Aideé pensó que el CCH le cambiaría la vida. La escuela y su Iglesia eran augurio de un mejor futuro.
Recibir el resultado del examen de ingreso a la UNAM fue motivo de alegría y festejo. Para ella, ser la primera de los cuatro hijos de la familia Mendoza Jerónimo en convertirse en universitaria fue un gran acontecimiento. La celebración llegó a Puebla. Allá en el pueblo de Huatlatlan, la noticia de que Aideé se convertía en la primera estudiante de la UNAM también causó orgullo.
Era Venceslao Julián, su padre, el hombre que sabía que sólo el estudio cambiaría el destino de su familia. Así también lo pensaba Ángela Jerónimo, la mamá de Aideé.
Y es que la pareja, nativa de comunidades indígenas nahuas, emigró de su pueblo en busca de un futuro sin carencias.
Ambos campesinos, quienes sólo se comunicaban en náhuatl, llegaron a Iztapalapa, en busca de una mejor vida. Deseaban tener hijos, dejar la pobreza y seguir en el camino de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Por eso, animaban a sus hijos a no dejar a su Dios y a continuar con la escuela, porque era el estudio la única arma que los podía defender y la religión, la única oportunidad para salir del país.
Pero el lunes por la tarde, la escuela les dio la peor de las noticias. En casa, Ángela recibió una llamada telefónica. Eran compañeros de su hija, quienes decían que Aideé había tenido un accidente.
Llamada tras llamada, la noticia también llegó a la panadería donde trabaja Julián. Ambos, abordaron un taxi que los llevaría de su casa en Iztapalapa al hospital del ISSSTE. A medio camino, la muerte les cambió el destino. Ellos fueron llevados al anfiteatro de la agencia ministerial, donde yacía el cadáver de la estudiante.
Para ellos, no hubo ninguna explicación. No sabían qué había ocurrido con su hija. Tampoco sabían que no había sido un paro cardíaco, sino una bala alojada debajo de su brazo, lo que cambió el futuro de Aideé.
Ahí, en un salón del edificio P murió el futuro como Doctora en Psicología, que era lo que deseaba estudiar la joven y también su idea de dejar México para vivir en el extanjero.
Por su parte, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México (Copred) lamentó la muerte de Aideé Mendoza, quien además es sobrina de Gilberta Mendoza, integrante de la Asamblea Consultiva de dicho órgano.