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Al estar dentro de la casa de Mecedalia, los policías la llamaron en varias ocasiones mientras recorrían los cuartos del inmueble, pero la mujer no contestó. Fue hasta que llegaron a la planta baja que la localizaron.
Lamentablemente, la mujer estaba muerta, sentada sobre una silla con los ojos vendados y con cinta plateada alrededor del rostro cubriéndole la boca. Además, alrededor del cuello tenía una tela amarilla, mientras que una cobija alrededor de su cintura la ataba a la silla. También sus tobillos estaban atados a la silla con cinta adhesiva.
El lugar quedó bajo custodia de la policía hasta que el cuerpo de la víctima fue retirado por personal pericial.
Aunque no se reveló ningún nombre, familiares de la mujer aseguraron ante las sutoridades que sospechan de una persona conocida.