EN EL ESTADO DE MÉXICO
Familiares de desaparecidas siguen llegando a la casa de feminicida de Atizapán
(Foto: Archivo, El Gráfico)
Familiares de mujeres desaparecidas siguen llegando a la casa del presunto feminicida serial de Lomas de San Miguel, en el municipio de Atizapán, donde este domingo continuaron los trabajos de peritos de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México que buscan y analizan más de mil huesos de víctimas.
Las autoridades mexiquenses informaron que, después de ocho días de su muerte, entregaron el cuerpo de Reyna a sus familiares, quien habría sido la última víctima del feminicida serial Andrés “N” conocido como “El Chino”.
“Mi prima desapareció hace tres años, vine para ver si aquí hay datos de ella”, afirmó con notoria tristeza y temor Jaqui, una joven.
La mujer no alcanzó al personal de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México que este domingo trabajó hasta las 2 de la tarde, por lo que policías municipales le recomendaron ir a las instalaciones de la Fiscalía mexiquense en Barrientos, en el municipio de Tlalnepantla o volver este lunes para que le proporcionen información al respecto.
Como ella, también llegó la hermana de María Noé Mares Robledo, desaparecida en diciembre de 2014 en este sitio junto con su hijo, en la vecindad de Margaritas 22.
REALIDAD
Vecinos de Lomas de San Miguel ahora caen en cuenta que los gritos que escuchaban durante las madrugadas podrían ser de otras víctimas e, incluso, de niños.
El 14 de mayo, uno de los inquilinos de la vecindad donde vivía el presunto feminicida serial también escuchó, entre música a todo volumen, otro grito, esta vez de Reyna a la que vieron ingresar a la vivienda de “El Chino”, “pero no supe si era de placer o de dolor”, por eso justificó no haber intervenido.
Horas más tarde, la mujer de 34 años fue encontrada muerta y desmembrada en esa vivienda. Las autoridades mexiquenses informaron que llevará tiempo identificar a más víctimas de “El Chino”, debido a que tienen que realizar una minuciosa revisión de todos los restos y tomar muestras de ADN, para cotejarlas con la de posibles familiares de la víctimas y con la base de datos que tienen desde el año 2015, cuando inició la recolección de información de feminicidios en la zona.
“Hace como 10 años vimos a una mujer salir gritando de la casa de “El Chino”, ella iba desnuda, pedía ayuda, pero los vecinos pensaron que estaba alcoholizada”, dijo un vecino.