LA CUENTA REGRESIVA HA EMPEZADO A CORRER
Inicia la cuenta regresiva para "El Señorón" de Morelos, un texto de Héctor de Mauleón
(Foto: Archivo, El Gráfico)
POR: HÉCTOR DE MAULEÓN
En septiembre de 2020 un grupo de sicarios barrió con ráfagas de .223 y 7.62 a las personas que asistían a un velorio en la colonia Antonio Barona, en Cuernavaca, Morelos.
Las balas del comando hirieron a 22 personas: ocho jóvenes perdieron la vida.
La masacre había sido ordenada por Francisco Javier Rodríguez Hernández, conocido como “el Frank”, “el XL” o “el Señorón”.
En el fondo de la matanza había una disputa por la venta de “cristal” y el control del “gota a gota”, las extorsiones y el “cobro de piso” en Cuernavaca.
Cuernavaca figura en la lista de los 50 municipios más violentos de México, dada a conocer ayer por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Una de las fuentes principales de esa violencia es Francisco Rodríguez Hernández, “el Señorón”, conocido también como “el Colombiano” (pues suele reclutar sicarios de dicha nacionalidad).
Este personaje cobró relevancia tras la caída de Santiago Mazari Miranda, “el Carrete”, líder del grupo criminal Los Rojos.
Es impresionante tanto el número como el contenido de las narcomantas que dan cuenta de su presencia en el estado.
No solo porque expresan la ferocidad de la disputa, sino porque son reflejo, también, del alto número de organizaciones criminales que intentan controlar el crimen en Morelos.
“El Señorón” firmó o fue mencionado en narcomensajes dejados desde mediados de 2020 en Jiutepec, Emiliano Zapata, Cuernavaca, Miacatlán, Puente de Ixtla, Tetecala, Temixco y Mazatepec.
Esos mismos narcomensajes fueron signados por “El comando del diablo”, “El comando de las tres letras”, “Gente Nueva. Beltrán Leyva”, “Cártel Nuevo”, “Los mayas”, “La mera verga” y “Los de siempre”.
Como era de esperarse, estos mensajes aparecieron al lado de cuerpos sin vida, muchos de ellos segmentados y colocados en posiciones verdaderamente cargadas de malignidad.
Reportes de seguridad indican que posee domicilios registrados en Orquídea 9, Atlacomulco 4, Jazmín 53 y Avenida Plan de Ayala, en Cuernavaca. Posee otro domicilio en Vicente Guerrero 82, en Jiutepec.
El 30 de julio de 2020 se reportó el movimiento de seis o siete vehículos con códigos encendidos y gente armada.
Hacia la 1:37 de la madrugada varias patrullas salieron en su busca. El convoy respondió a tiros y se introdujo en un cañaveral en la zona de Miacatlán.
Para evadir la persecución, el grupo armado dejó atravesada una camioneta Tahoe en una de las brechas. En los costados, la camioneta tenía la leyenda: “El Señorón”.
Legisladores, como el senador Ángel García Yáñez, y jefes policiacos como Julio César Camacho Hernández, han sido asociados con él.
Hace unos años, una serie de espectaculares colocados en puntos estratégicos de Morelos, que contenían la imagen de “el Carrete”, marcaron el principio de la caída de este capo: cuando su rostro fue difundido, al entonces líder de Los Rojos se le hizo más difícil acudir a sitios públicos, salir a la calle, frecuentar restaurantes, bares, antros.
Finalmente, tuvo que huir de Morelos y fue aprehendido en Filo de Caballos, en los linderos de Chichihualco, Guerrero.
La semana pasada, la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz en Morelos decidió seguir la misma ruta.
Hizo colocar diversos espectaculares, en los que se ofrece una recompensa de 500 mil pesos “a quien proporcione información veraz y útil” que permita la localización de este líder criminal.
Uno de los anuncios, colocado en la autopista México-Acapulco, fue incendiado de noche la semana pasada. La cuenta regresiva, sin embargo, ha empezado a correr.