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Al verla inconsciente, solicitaron la presencia de paramédicos, quienes dictaminaron que ya no contaba con signos vitales.
Aunque los vecinos veían a la mujer, de unos 50 años, con frecuencia, nadie sabía su nombre y tampoco conocían a su familia.
Para evitar la presencia de los curiosos y que fotografiaran el cadáver, las autoridades acordonaron el lugar de los hechos.
Cuando el personal de los Servicios Periciales terminó con las labores del levantamiento del cadáver, la occisa fue trasladada a un anfiteatro local, lugar en donde se espera que los familiares reclamen los restos.