Niños, la presa perfecta para el crimen organizado en México, por estas razones

MORELOS.- A diez años de la captura de Edgar “N”, alias “El Ponchis“, en México se ha hecho muy poco o casi nada para evitar que los niños se involucren en la delincuencia, pues no existen políticas integrales de prevención, protección ni de reinserción que los defiendan del crimen organizado, asegura Mercedes Castañeda, cofundadora de Reinserta Un Mexicano.

La especialista asegura que el caso de “El Niño Sicario” fue muy mediático, quizá de los primeros; sin embargo, a una década de su detención el problema de los menores delincuentes ha crecido y no ha habido una solución; al contrario, los cárteles de la droga están viendo en ellos presas fáciles para ejecutar sus crímenes.

“Hay una cantidad de adolescentes que ya han caído en un centro de internamiento, que ya cometieron algún delito, que están ‘apanicados’ por su vida y ya no quieren seguir en lo mismo; sin embargo, México no tiene programas de desmovilización, no tiene programas de testigos protegidos para ellos; no estamos poniendo recursos ni personal, ni las políticas públicas para lograrlo”, dice.

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ADMIRACIÓN ERRÓNEA 

Agrega que existen diferentes factores de riesgo que pueden llevar a un adolescente a cometer un delito, como es la asociación con pares antisociales (familia, amigos o conocidos involucrados en el crimen), abuso de sustancias (alcohol y drogas), violencia familiar e, incluso, la admiración hacia la cultura criminal, la “narcocultura”.

“Estas ideas erróneas de que los narcos están llenos de dinero, coches y mujeres, y que viven muy felices, esta aspiración, es un riesgo bastante significativo”, expresa.

Asegura que, desde muy temprana edad, los niños tienen acceso a armas, a drogas y a contenidos en internet que no son aptos para su edad, lo que normaliza la violencia en ellos.

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FÁCILES DE ATRAPAR

La especialista asegura que los niños son una presa perfecta para la delincuencia organizada porque son impulsivos, baratos (cobran poco), son reemplazables y si la Policía los arresta, lo máximo que les pueden dar de sentencia son cinco años, por los vacíos que hay en la ley y porque es un problema que no es una prioridad para el país.

“Los niños delincuentes son el resultado de la negligencia que hemos tenido como sociedad, es la suma de varios factores de riesgo, que dejan a nuestros niños desamparados”, finaliza.