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Uno de ellos es Merlin, un perro de al menos 11 años que vivía dentro de la vivienda derribada. Él fue hallado un día después de la explosión cuando ya no había cámaras de los medios de comunicación ni personal de la Brigada Animal que posara en las fotos.
Aunque se decía que ya no había animales sepultados, la insistencia de sus dueños y de los vecinos de Tlalpan obligaron a veterinarios de la alcaldía a traspasar los cordones de seguridad para ir en busca de más animales.
Ahí entre las rocas y los restos de muebles incinerados hallaron a Merlín.
El perro padeció quemaduras en las patas, genitales y de un ojo. Para él fue necesario una cirugía que lo mantiene fuera de peligro.
Aunque la ayuda de los veterinarios fue suficiente para salvarlo de la muerte, él corre el riesgo de morir por el abandono de sus dueños.
Y es que ellos hoy tienen casa ni espacio para dar un techo al animal.
Así Merlín, Pelusa fue encontrada con heridas, hambre y en un estado de estrés por el estallido de la vivienda.
![perritos-tlalpan.png](https://www.elgrafico.mx/resizer/v2/WDKCM4XCBBDMLHZEQAFQPFKBGM.png?auth=3dc0459a50c1cd67ff19f39fb612715c72d663b4bdf57234954d9df044891d1a&smart=true&height=620)
Foto: (Iván Montaño. El Gráfico)
Ella es una perra de no más de siete años que tuvo más suerte que su compañero de casa. El lunes por la tarde, sus dueños lograron encontrar un hogar en el estado de Puebla.
El tercer perro no tiene nombre, pero los médicos y ayudantes del hospital veterinario de Tlalpan lo han llamado “Flaco”.
Y sí, por cada hueso que se marca en su cuerpo, el perro se ganó el nombre de Flaco.
Él según los dueños de la casa derruida vivía en la calle, pero solía acudir a la vivienda a comer y a pasar los días debajo de los árboles del patio.
Al igual que los dos caninos, El Flaco fue olvidado por debajo de los escombros hasta que los veterinarios acudieron a buscarlos.
Hoy los tres caninos esperan ser adoptados antes de morir de tristeza. Y es que, según los médicos veterinarios, los perros necesitan un hogar y dueños que les den atención, cariño y alimento.
Los perros permanecerán en las instalaciones de la veterinaria en donde no cuentan con un espacio óptimo. A pesar de ello, los animales no serán sacrificados, pero esperan ser adoptados.