![whatsapp_image_2024-04-19_at_20.51.55_1.jpeg](https://www.elgrafico.mx/resizer/v2/FJWEYWHCG5D3DJHMNOKVY5PVHA.jpg?auth=a0f672db88ae016e559d9960a947c4894396f35a563268575f07b8901b139533&smart=true&height=620)
Ella era de las pocas personas que hablaba y comía con su compañero de trabajo egresado del IPN. A veces se acompañaban al término de la jornada laboral y se dirigían al Metro Coyuya hasta Chabacano, según testigos.
Al no llegar ese día a casa, el esposo de la ingeniera bioquímica industrial y el resto de su familia denunciaron su desaparición, sin embargo, al paso de estos años no han dado con su paradero.
Incluso, una línea de investigación de la Fiscalía General de Justicia llevó a agentes a buscar sus restos a lo largo del Canal Nacional, en Iztapalapa, el 5 de julio de 2019, pero no hallaron rastro de ella.
Viviana Elizabeth tenía 32 años y una hija, de 9, cuando no supieron más de ella. Su ficha de búsqueda resalta como señas particulares una cicatriz en el abdomen por una cirugía de cesárea y que padecía vitíligo.
Desde que desapareció sus familiares, entre los que destacan sus hermanos, han realizado bloqueos en la Calzada de Tlalpan a la altura del Metro Ermita y afuera de la FGJ de la Ciudad de México para exigir su localización; también han pintado murales con su rostro y organizado rodadas para encontrarla.
![whatsapp_image_2024-04-19_at_20.51.54.jpeg](https://www.elgrafico.mx/resizer/v2/U3MBKO5O6FBZ7CTJANMLUSUXDM.jpg?auth=8d02eadc12d4e2f480c06e7153cafc262cec889a7e55fbd88c3fcb1e0e71f918&smart=true&height=620)
Ahora, las autoridades capitalinas indagan si algunos de los cráneos y credenciales encontradas en el departamento del químico farmacobiólogo (QFB) pertenecen a la mujer desaparecida.
El martes pasado, Miguel Cortés, de 39 años, entró a la casa de su vecina María José para violarla y asesinarla con un cuchillo. A su mamá que intentó defenderla la dejó gravemente herida.
Las primeras investigaciones revelaron que el hombre descuartizaba a sus víctimas con sierras y las disolvía en ácido; con cronómetro en mano tomaba el tiempo en que esto ocurría. Agentes hallaron un diario en el que detallaba sus crímenes y en redes sociales escribía poemas que parecían estar dedicados a sus víctimas.
De acuerdo con otros conocidos, el QFB era raro, pero trataba de socializar. Hace un tiempo organizó una fiesta en su departamento ubicado en la colonia La Cruz Coyuya, en Iztacalco, a la que invitó a sus compañeros de trabajo de Orthin Laboratorio, ubicado en la misma alcaldía.
Al terminar la reunión al día siguiente se ofreció para acompañar al Metro a una amiga, quien fue hallada sin vida y aunque policías lo interrogaron por el caso no fue detenido; la identidad de esta víctima no ha sido revelada.