FANTÁSTICO SAZÓN
Súper Pinocho se la rifa en el ring y en la cocina, deleita el paladar en su restaurante
(Foto: Gabriel Cruz, El Gráfico)
Sin rendirse, así ha sido siempre la manera en que el legendario Súper Pinocho enfrenta la vida, arriba y abajo del enlonado.
Con varias décadas a cuestas en los costalazos de paga, el fantástico enmascarado sigue de pie, vigente, estoico. Ahora también desde otra trinchera. Sentado en un espacio por el que ha trabajado desde hace muchos años, comparte con El Gráfico. “La pandemia me trajo ganas para volver a enseñar, ahora estoy metido de lleno en el gimnasio, tanto con los alumnos como en lo personal”, presume. Pero no es el único reto que enfrenta.
“Ya vamos para dos años sin el trabajo de antes, nos dimos cuenta de que la vida la tenemos solo prestada. Murieron muchos compañeros, varios más jóvenes que yo, aprendimos a vivir con poco dinero, a ser más prácticos, nunca nos faltó para comer, pero también aprendimos que no podemos depender por completo de la lucha libre”.Así nació la ‘Esquina de Súper Pinocho’, un lugar donde reina la buena comida, lista para rendir a los paladares más rudos. “A mi me gusta mucho hacer de comer, tal vez más adelante me meta un poco más a la cocina”.
Barbacoa, pancita, comida corrida salpicada de sabores mexicanos, todo puede esperarse en este rincón culinario. “A mi me encanta la cola de res, las enchiladas y los riñones, soy fanático de la comida mexicana tradicional. Mi sueño era tener un espacio como este donde pueda vivir mi etapa de madurez. Aprender a disfrutar las cosas, con mi gente y con mis aficionados”.
Con invitación abierta, Súper Pinocho promete no decir mentiras y ser un gran anfitrión para los comensales.