Tras diez años de ausencia, el Místico original ha hecho retumbar las arenas

La magia del personaje de Místico sigue intacta. Soportó una década cubriendo el rostro de un luchador que poco tenía qué ver con su esencia. Y el premio es volver a enfundarse sobre la piel de su primer amor, del culpable de su éxito.

Y diez años después, el toque del esteta, más experimentado y con la madurez para aprender de sus tropiezos, sigue ahí. Las veladas de la Arena México, y de las otras plazas del CMLL recuperaron un brillo que parecía perdido. Recintos casi vacíos por las restricciones que impone la pandemia, que la figura de plata y oro ha hecho retumbar de nuevo con el grito de ¡Místico, Místico!

“Hablar de lucha libre es hablar de Místico, del Consejo Mundial de Lucha Libre y de la oportunidad que me ha brindado una vez más”, advierte el de Tepito en visita a la redacción de El Gráfico. “Es algo que me cayó del cielo”, justo dos días después del aniversario luctuoso de su padre, el Dr. 

Karonte. “Recuperar el personaje después de 10 años y ver retumbar la Arena México, fue como retroceder en el tiempo a momentos maravillosos. No dormí de cara a este regreso, era algo que soñaba”. 

Volvió a ser un niño con juguete nuevo. No tenía una máscara ni un equipo listo, pero sí el deseo reprimido de recuperar su tesoro. “La emoción al salir rumbo al ring, al hincarme y escuchar el grito de ¡Místico!, me hizo explotar en lágrimas”, recuerda. Después, escuchar las historias de jóvenes que crecieron a la par de sus triunfos fulminó la escaza resistencia que había para festejar su regreso. “No puedo fallarles. Místico volvió a marcar mi vida, como lo hizo la primera vez, y es por eso que digo que mi corazón está hecho de plata y oro. Ahí estuvo siempre esta máscara”.

El reto ahora es transformarse en una leyenda del pancracio, y no duda en conseguirlo. “Me di cuenta que el personaje nunca dejó de existir para el público. He escuchado que los ídolos salen cada 15 o 20 años, entonces, estamos en el momento, encarando al personaje que catapultó a la lucha libre mexicana. Si Dios me dio el don de la lucha libre, si me puso de nuevo en este camino, lo puedo lograr otra vez”, prometió.