Querido diario: Mientras escribo, todavía siento el calor de tus besos en mis labios y el palpitar de tu sexo entre mis piernas.
Me recibiste en tu habitación; estabas contento, tenías música, me tendiste la mano, me jalaste con gracia y me diste un suave beso en los labios, cerré los ojos para disfrutarlo, no sé cómo, pero cuando los abrí, estábamos bailando. Hay gente con ritmo, que sabe moverse de modo que no sólo baila bien, sino que contagia la cadencia a su pareja. Me gustó cómo me tocabas y cómo bailando me diste un segundo beso y luego un tercero, cada uno más candente.
En tus labios había un ligero sabor a tequila, no estabas borracho, pero algo celebrabas, por eso la música y el alcohol. Yo supuse que éramos algo así como tu premio por una buena semana, algo te había sucedido que querías celebrar bailando, bebiendo y cogiendo.
Sin dejar de bailar comenzaste a seducirme. Tu boca besó mi cuello, tus manos paseaban entre mi cadera, mi espalda y mis nalgas, un paso para delante, dos hacia atrás, vuelta y otro beso. Me bajaste el cierre del vestido, beso en la espalda, metiste tu mano entre la tela, la pusiste en mi vientre, media vuelta y beso en los labios apasionado sin dejar de moverte, media vuelta de nuevo y tu mano otra vez dentro de mi vestido, a punto de caer, la subiste de mi abdomen a mis senos y apretaste suavemente. El vestido se deslizó por mi piel, hiciste que serpenteara para que la tela resbalara con gracia, me diste media vuelta de nuevo y apretaste otra vez mi pecho; pero en esta ocasión, tu presión hizo que mi pezón saliera del sostén y mirándome a los ojos, te lo llevaste a la boca. Para ese momento yo estaba empapada.
Nos arrancamos la ropa. Te puse el condón con prisa, nos tiramos en el piso y allí me penetraste. ¡Carajo! Qué rico me tomaste. Bien dicen que el que sabe bailar, sabe coger.
Al final te pregunté : ¿qué celebrabas? —Me respondiste que nada— al contrario, hoy te despidieron de un trabajo de diez años, ni liquidación te dieron, pero no te querías permitir ponerte triste. Mejor me llamaste y decidiste bailar.
Hasta el jueves, Lulú Petite