¡Qué rico me lo diste!

(Foto: Archivo El Gráfico)

Sexo 05/12/2019 05:35 Lulú Petite Actualizada 09:26
 

Querido diario: Me llegó tu mensaje al WhatsApp. Querías que nos viéramos esa mañana. Eres gracioso y me gusta chatear contigo, así que más gusto me dio cuando al fin te animaste a pedir que nos conociéramos. Era temprano y yo estaba en pijama, así que te pedí que esperaras. Me duché, busqué en mi clóset el vestido negro, ese que me habías dicho que te gustó mucho en mis fotos.

Llegué al motel una hora después. Me recibiste sonriendo. Tienes una bonita sonrisa, no sé por qué en tu foto del WhatsApp tienes esa carita tan seria, si eres un tipo alegre y divertido. Me diste un beso en los labios. Sabes besar. Mientras tu lengua buscaba la mía, tus manos recorrieron mi espalda y apretaron mis nalgas. Desabotoné tu camisa y metí mis manos, tu pecho estaba cubierto de pelo muy varonil, olías a perfume. Hundí mis dedos en tu pelambre y la fragancia fue más intensa. Me subiste la falda y acariciaste mis nalgas.

Te acostaste en la cama y yo te ayudé a quitarte los pantalones y la trusa. Vi tu miembro, enorme, erecto, con un tallo largo y la cabecita lubricando. Lo tomé y comencé a jalarlo lentamente, hasta que decidí llevarlo a mi boca. Te puse un condón y empecé a chupártela. Tú gemías cuando me pediste que me pusiera en cuatro.

Pensé que me la meterías de inmediato, pero no. Te arrodillaste detrás de mí, me separaste las nalgas y metiste tu cara entre ellas lamiéndome la vulva. Sentí cómo se  me aceleró el pecho, las piernas me temblaron mientras con tus labios hacías esa magia.

Todavía no me reponía del orgasmo que tuve en tu boca, cuando te incorporaste y, sin advertencia, me penetraste. Agarrándome por las nalgas y entrando a fondo. ¡Demonios! ¡Qué rico me cogiste!

Aún estaba caliente en la noche, cuando escribí este relato. Luego me acosté y recordé la  forma en que me cogiste. 

Tomé un juguetito de mi cajón, lo encendí y lo puse justo allí, donde hacía horas habías hecho maravillas. Volví a sentir tus brazos, tu cuerpo y tu aliento acelerarse con el mío. Entonces me vine riquísimo. Dormí satisfecha y pensando en ti, por eso esta mañana agregué este párrafo.

Hasta el martes, Lulú Petite

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