En Morelos
Mujer transexual se somete a varias cirugías y vive viacrucis
“Yo tenía rasgos muy femeninos y no había necesidad de realizarme una operación así, pero mi cirujano no me dijo eso; sólo les importa el dinero”. Natalia Cruz
(Foto: Yadín Xolalpa)
Por Abigail Gómez
Le abrieron el cuello para limar el exceso de cartílago que formaba la manzana de Adán. A través de dos cortes en su frente, el cirujano insertó las herramientas que rasparon el hueso que está sobre sus cejas. Le modificaron por segunda vez la nariz y le colocaron un mentón artificial que era demasiado grande para su cara. Todo el mismo día.
Natalia Cruz, una mujer transexual, tenía la esperanza de acercarse más a su ideal con esta intervención: verse como una mujer. Pero la Cirugía de Feminización Facial (CFF), por la que pagó 110 mil pesos, sólo le dejó cicatrices donde no volverá a crecer pelo, el cartílago de la nariz desviado, jaquecas recurrentes y una sola fosa nasal para poder respirar.
SER MÁS FEMENINA
Natalia se realizó sus primeras cirugías a los 25, después de años de tratamiento hormonal. Nariz e implante de mamas y el resultado le pareció increíble. Lo siguiente en su lista era la CFF, muy solicitada por la comunidad trans.
Fernando Urrutia, especialista certificado por el Consejo Mexicano de Cirugía Plástica, explica que “se pueden realizar en una sola intervención... el mentón, de frente, de nariz y de pómulos” y los costos van desde los 15 mil pesos por un retiro de bolsas de Bichat, pasando por 30 mil pesos para rinoplastia y hasta los 250 mil pesos por todos los procedimientos.
Los padres de Natalia la apoyaron en sus decisiones desde que era niño y cantaba “Voy a traer el pelo suelto” y eligió ser mujer. Esta vez trataron de persuadirla para no realizarse la cirugía.
LA DECEPCIÓN
Quienes solicitan cirugías de frente y mentón, no desean tener ningún rasgo masculino. “Yo no los considero necesarios. Los pacientes que desde muy jóvenes toman hormonas, impiden el desarrollo de características masculinas”, afirma Urrutia.
Esta advertencia nunca llegó a oídos de Natalia y el médico que eligió no se lo dijo. Y a pesar de que su rostro ya era bastante femenino por el tratamiento hormonal, ella no se detuvo.
La cirugía duró más de siete horas y fue un via crucis facial. “Perdí sensibilidad donde me abrieron en la cabeza. Tengo dos incisiones muy profundas, donde ya no crece cabello. Me tuvieron que quitar el implante de mentón, porque era muy grande para mi cara.
Los médicos que realizan estas operaciones les hacen firmar a sus pacientes una carta en la que se deslindan de responsabilidades. Una demanda sólo aplica si hay un caso de secuelas muy severas, por eso muchas inconformes terminan como Natalia, resignándose.
“Yo tenía rasgos muy femeninos y no había necesidad de realizarme una operación así, pero mi cirujano no me dijo eso; sólo les importa el dinero”, Natalia Cruz, Mujer transexual