familia ejecutada no disparó armas
Anomalías complican investigación de masacre en Temixco
Policías, defensa de las víctimas y pruebas periciales, difieren de lo ocurrido en el municipio
(Foto: Archivo, El Gráfico)
Por Justino Miranda
En Temixco
La fiesta en la casa de los Valdez Chapa se prolongó por varias horas y eran tantos los invitados al festejo de un menor, que dos niños durmieron en una camioneta Audi estacionada en el garaje de la casa. Alrededor de las 03:00 horas del jueves 30 de noviembre, la algarabía fue alterada por detonaciones de arma de fuego.
Un grupo de la Policía Morelos forzó la chapa de la puerta principal con una barreta y después irrumpió porque, según sus informes rendidos ante el Ministerio Público, recibieron datos de que en esa casa de la calle Francisco I. Madero, en la colonia Rubén Jaramillo, había gente armada y tenían en su poder a personas secuestradas.
Tuvimos informes de que esa noche integrantes de dos cárteles podrían enfrentarse, precisó el comisionado Jesús Alberto Capella horas después del despliegue policial en Temixco.
Las detonaciones despertaron a los niños que dormían dentro de la camioneta en el garaje; de súbito quedaron en medio de los disparos, cita un informe policial. Fueron “rescatados” por los agentes y metidos a un vehículo oficial.
—¿Quienes están ahí adentro? —les preguntaron.
—Mis papás —contestaron los menores.
—¿Y quién es tu papá? —insistieron los policías.
—José Antonio Valdez Chapa —respondió uno de los niños.
El oficial se comunicó con el C5 y de inmediato supo que el hombre refugiado en ese domicilio era el mismo que enfrentaron el 3 de diciembre de 2015 en la colonia Papayos de Cuernavaca, donde murió un agente de investigación asignado al seguimiento de Valdez Chapa, conocido como “El Señor de la V”.
En ese encuentro de 2015 fue abatido también Óscar Valdez Chapa, hermano de José Antonio; en la casa los policías encontraron armas de fuego. Detuvieron a cuatro integrantes de la banda. Valdez escapó.
A partir de ese momento se acentuó la rivalidad entre el comisionado Capella y “El Señor de la V”, por el asesinato del agente, del hermano del presunto criminal, y la facilidad con que quedaron en libertad.
El 30 de noviembre pasado, la Policía Morelos visualizó a dos integrantes de la familia con armas de fuego y por eso entraron a la casa, pero fueron atacados a balazos. Los policías repelieron la agresión y así comenzó el fuego cruzado y la detención, afirmaron los agentes.
Desde entonces hay contradicciones entre los informes de los policías y los resultados periciales, las armas usadas y el desvanecimiento de las huellas dactilares en ellas, pues las pruebas arrojaron que ninguno de los fallecidos accionó armas de fuego.