quedan pocos artesanos como él
Historia de Don Ranulfo Gutiérrez, lleva tres décadas vistiendo chinelos
Ranulfo cambió la albañilería para confeccionar trajes de lentejuela y chaquira
(Foto: Moisés Sánchez /El Gráfico)
En Yautepec
Desde hace 30 años, Ranulfo Gutiérrez, de 55, confecciona trajes de chinelo, ese icono morelense reconocido en distintas partes del mundo. El tiempo fue su aliado y enemigo: con el paso de los años se volvió uno de los mejores en su ramo, pero también lo fue dejando solo. En Yautepec, quedan pocos artesanos como él y muchos menos interesados en seguir la tradición de vestir al chinelo, y eso, asegura, le preocupa.
Mientras observa con paciencia budista su área de trabajo, determina que la chaquira embonará de mejor forma si la recorta y pone sus manos a trabajar en una figura azteca que adornará un traje para el próximo carnaval de Yautepec.
Ranulfo labora sólo con sus manos y sin compañía. Cuando decidió no seguir el camino de la albañilería, como su padre, supo que sería complicado: a muy pocos les interesa hacer trajes, pero la belleza de las lentejuelas y chaquiras lo conquistaron.
Ahora, en un pequeño taller improvisado en el patio de su casa, se dice orgulloso de su trabajo, “es lo que se debe aprender y no dejar perder las raíces.
Aunque perdió la cuenta de los trajes que ha elaborado, recuerda haber exportado a diversos estados de la República y a Estados Unidos, además de que algunos han ganado concursos.
Explica que tarda medio año en concluir un traje de lentejuela; en chaquira, hasta un año. Asegura que a falta de hijos y aprendices, no tiene a quién heredar su conocimiento, pues la gente, “no quiere aprender para que esto trascienda, a muchos no les llama la atención”, reconoce, pensativo, “me preocupa porque esto es un arte; no se puede perder, ¿te imaginas que después ya nadie quiera hacerlo?”. Dice que en el carnaval saldrá a bailar con su comparsa, la de la colonia Benito Juárez, pero lo hará sin traje, porque de tanto trabajo, no le dio tiempo de confeccionarlo.