En Cuernavaca
Tacos de canasta deliciosos, en La Banquetera de Morelos
Desde hace 45 años, la familia de Carlos Alonso Resa vende “dobladitas” junto a la terminal de autobuses
(Foto: Xavier Omaña, El Gráfico)
CUERNAVACA.— Para deleitar el paladar de los cuernavacenses o también conocidos como “guayabos”, Carlos Alonso Resa junto con su familia se levantan todos los días a las 2:00 de la mañana para comenzar con la preparación de mil tacos de canasta que venden junto a la terminal de autobuses del Centro de la ciudad.
Todo comienza en el poblado de Xoxocotla, del municipio de Puente de Ixtla, de donde son originarios; allá cocinan los guisados para preparar cada ración de tacos, luego se siguen con las tortillas, que a diferencia de otros puestos que las compran ya hechas, ellos mismos las elaboran con una máquina especial.
Después, cuando ya todo está listo, “echan montón” para preparar los “taquitos” de: asadura, rellena, papa con pollo, frijol con chorizo, mole, huevo, queso, carnitas, chales y chicharrón.
Además, a diario, elaboran 40 litros de salsas para acompañar la orden de “dobladitas”, cuyos precios es de cuatro por 10 pesos, siete por 15 y nueve por 20.
Carlos Alonso es el encargado del negocio que ya se convirtió en familiar, pues llevan 45 años vendiéndolos en la calle Nezahualcóyotl, a unos metros del ayuntamiento de Cuernavaca.
“Mi abuela lo inició porque tenía una familia grande y con el sueldo de mi abuelo no nos ajustaba; sí somos de Xoxocotla. Desde las 2:00 se prepara la comida, a las 4:00 se empiezan a echar las tortillas y a las 6:00 ya se empiezan a hacer las dobladas para que a las 8:00 o 9:00 ya se estén vendiendo”, narra.
Carlos asegura que hasta grupos de extranjeros se han detenido a comer, pero no sólo los turistas prueban las “dobladitas”, al puesto llegan hasta políticos, líderes sociales, entre otros.
“Vendemos en Cuernavaca porque hay más gente, hay más turismo, porque han venido hasta españoles e ingleses”, asegura.
Lo que más piden los clientes son tacos de asadura, rellena y carnitas.
“Que se animen a venir, porque están ricos los tacos, son higiénicos; jamás nadie se ha enfermado”, finaliza.