DURA DE VENCER
Forjada al estilo clásico, La Seductora se mantiene vigente en la lucha libre profesional
(Foto: CMLL)
Subir al ring tres décadas atrás era algo más que un reto para una mujer. Aventura que la Seductora emprendió ligada al respeto y al deseo de ganarse un lugar. Lo logró
“Al principio fue algo difícil. Subir al ring, ver a la gente, te cohibes”, acepta la ruda, quien ha ‘picado piedra’ desde que inició. De hecho, lo sigue haciendo. “Después de mi debut, me retiré mucho tiempo. Así que cuando volví, era una novata, fue como empezar de nuevo”, recuerda.
Los problemas no se redujeron, “siempre hay gente gandalla que te quiere lastimar”, advierte. “Así que el secreto estuvo en entrenar mucho para saber defenderme. Ahora estoy bien, aunque he tenido algunas lesiones fuertes, estoy enterita, sin operaciones y con deseos de seguir vigente en mi vida, la lucha libre”.
En plena madurez, goza portarse mal y se olvidó por completa de los aplausos. De técnica le gustaba que le aplaudieran; ahora disfruta hacer enojar a los aficionados y que le griten.
Eso aprendió de sus profesores, como ‘Chico’ Hernández, quien le mostró las bases y a respetar. “Hacer las cosas hasta que las domines, no subir al ring a hacer tonterías”.
Más tarde, Panchito Villalobos, la Mohicana, José Luis Feliciano, Franco Colombo, Arturo Beristain, el Satánico y hasta el Último Guerrero, terminaron por forjarla. No dejó de aprender. Tal vez esa es la razón por la que le ilusiona heredar el gusto por los costalazos. “Mi hija mayor nunca quiso. La otra entrenó y aprendió rápido, la veía con todo para ser luchadora. Pero me dijo que no la obligara”.
Su esperanza es el hombre de la casa. “Mi hijo entrena. Yo le enseñé los primeros pasos de la lucha, sabe poco porque no le he enseñado más hasta que vaya sacando la escuela. A mi me enseñaron al estilo de ante y él va a ir igual, que vaya avanzando poco a poco. Aunque me ilusiona”.
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