EN MORELOS

Mi hijo murió en su gusto y no voy a demandar a nadie, dice papá de niño aplastado por toro

Mi hijo murió en su gusto y no voy a demandar a nadie, dice papá de niño aplastado por toro

(Foto: Francisco Quiroz, El Gráfico)

La roja 10/11/2021 14:35 Xavier Omaña Actualizada 14:24
 

En la comunidad de San Pedro Apatlaco, ubicada al oriente del estado de Morelos, familiares y amigos de José Alberto, mejor conocido como “el Niño de Oro”, le dieron el último adiós.

Tras la muerte del menor de 15 años durante un jaripeo realizado en San Isidro Huilotepec, municipio de Atlixco, Puebla, su padre, Gerardo Enríquez Tapia, aseguró que su hijo decidió dejar la escuela para dedicarse a su pasión: montar a los toros.

“Él no quiso estudiar, era rejego, rebelde y se adentró en este deporte, vicio o como le quieran nombrar, y en la escuela ya no lo querían porque era muy hiperactivo, lo tuvimos durante dos años con sicólogo”, dijo el señor durante el funeral del joven, cuyo video de su muerte se viralizó en redes.

Gerardo cree que desde pequeño, José desarrolló el gusto por el trabajo con los animales y eso lo llevó a “crecer con esa ansiedad de los animales”.

“No fue mucha su carrera en este ambiente, porque yo recuerdo que empezó hace año y medio, pero en ese tiempo hizo muchos logros. En un tiempo para acá empezó a ganar dinero; le hacía sus fiestas a su mamá e invitaba a sus tíos y amigos”, relató.

El padre de “el Niño de Oro” aseguró que no es su voluntad demandar a alguien por la muerte de su hijo, pues consideró que él murió “en su gusto y es lo que puedo compartir”.

“Ganó varios premios. Mucha gente lo conocía también como ‘el rey de los torneos’ y, a lo mejor, se lo creía, pobre de mi hijo“, agregó, mientras cargaba cuadros con fotografías del adolescente.

Con lágrimas, recordó que antes de montar se encomendaba a San Judas Tadeo y se persignaba. “Si estaba yo o su madre, nos decía: ‘los amo, los quiero mucho, voy a salir’; le dábamos su bendición, pero esta vez ya no va a regresar”, mencionó.

Finalmente, comentó que hace unos días, cuando estaba enfermo y muy grave, casi en agonía, José Alberto se acercó a él para decirle: “papá no te mueras, yo necesito de ti, quién me va a cuidar, quién me va a guiar, yo te amo”; sin embargo, expresó, “la voluntad de Dios quiso que no me muriera, pero se llevó a mi hijo”.

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