Violan a mexicana pero la acusan y condenan por delito de tener sexo sin haberse casado

CIUDAD DE MÉXICO.- Paola Schietekat es una joven intelectual mexicana que decidió seguir su sueño y mudarse a Qatar tras conseguir participar en el Comité Organizador del Mundial de Futbol. 

Sin embargo, todo se convirtió en una pesadilla pues la joven fue abusada sexualmente en aquel país.

El problema no paró ahí, pues cuando Paola intentó poner una denuncia contra su agresor, le fue impuesto un castigo, por sostener relaciones extramaritales, aún cuando ella tenía pruebas de que fue agredida.

Por eso, las autoridades de Qatar la condenaron a 100 latigazos y siete años de cárcel.

EL DÍA DEL ABUSO

De acuerdo con declaraciones de la mexicana, el pasado 6 de junio uno de sus amigos se sobrepasó entrando a su departamento mientras ella dormía y la abusó sexualmente.

A pesar de la traumante situación ella trató de conseguir las pruebas suficientes para imponer una denuncia.

“ Mantuve la cabeza fría: le avisé a mi mamá, a un colega del trabajo y documenté todo con fotos, para que mi memoria, en un intento de autoprotección, no minimizará los eventos o borrara por completo parte de ellos”, detalló.

LE DAN LA ESPALDA

Tras mostrar las pruebas a la policía se interrogó al abusador y él dijo que era novio de Paola y que la joven dio su consentimiento para tener un encuentro íntimo. 

En Qatar, las mujeres que sostienen relaciones sexuales antes del matrimonio cometen un delito, por lo que Paola pasó de acusar una violación a ser acusada por su violador. 
 
Ante la resolución de las autoridades,  Paola pidió la ayuda del Comité Organizador del Mundial y de Human Rights Watch, y gracias al apoyo recibido logró salir de ese país el 25 de junio y finalmente volver a México.

En México denunció que el Cónsul había sido de poca ayuda e incluso que para evadir la condena, su abogada se atrevió a recomendarle que se casara con el abusador.

Sin embargo, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) en México emitió un comunicado en el que se aseguraba que Paola había recibido acompañamiento en todo momento, que se le fue brindada asesoría legal gratuita y que ella contrató a una de las abogadas que le habían auxiliado.

La SRE explicó además que pese a que las autoridades no están obligadas a brindar traductores, la embajada consiguió una, pese a que, dijo, Paola habla árabe de manera fluída.