A PUERTA CERRADA

Entre policías y advertencias, así fue el sombrío velorio de familia masacrada en Tultepec

Entre policías y advertencias, así fue el sombrío velorio de familia masacrada en Tultepec

(Foto: Ernesto Álvarez, El Gráfico)

La roja 13/04/2022 08:43 Yara Silva Actualizada 08:47
 

ESTADO DE MÉXICO.- En el funeral de los niños asesinados en un domicilio de Tultepec, no hubo globos blancos ni juguetes como ofrendas. Las tres menores y dos mujeres fueron despedidas en un velorio a puerta cerrada y blindado por elementos armados de la policía.

La mañana y tarde del martes, a la funeraria San Juan, en la colonia Cumbria, no entró nadie que no estuviera en una lista que los familiares aprobaron para despedir a las víctimas.

Las tres capillas que alberga el edificio fueron cerradas para que los dolientes velaran a siete de las ocho personas que murieron bajo una tormenta de balas. Mientras ocurría el funeral, los vecinos de la casa y el negocios aledaños al velatorio se preguntaban a quién velaban porque desde la noche anterior los policíascustodiaban la funeraria.

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(Foto: Ernesto Álvarez, El Gráfico)

 

Los vecinos también recibieron la recomendación de los policías de cerrar negocios y no salir de casa, por temor a que ocurriera algún ataque.

Sin saber a quién velarían, los vecinos fueron testigos del desfile de patrullas y policías. Al enterarse de que se trataba de quienes cayeron en el multihomicidio de Tultepec, siguieron la recomendación de no salir.

Si bien los residentes de la calle ya se acostumbraron a ver pasar a los dolientes de casos de gran impacto, porque en esa funeraria se recibe personas enviadas por la Comisión de Atención a Víctimas del Edomex, dicen que por primera vez los agentes les pidieron encerrarse en casa. El miedo los hizo obedecer como también obligó a los trabajadores del velatorio a dejar cerrado el portón.

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(Foto: Ernesto Álvarez, El Gráfico)

 

Los empleados dicen que esperaban dar servicio para los ocho cuerpos, pero antes de la madrugada les informaron que el cadáver de un hombre sería llevado a otro lugar, sin que nadie se enterara.

El cuerpo que no se veló en este sitio fue el de Jonathan, el hombre a quien los verdugos buscaban. De acuerdo con la Fiscalía mexiquense, una banda de narcomenudistas con los que trabajaba, dirigida por un sujeto apodado “El Ricky”, lo buscaban para quitarle dosis de droga que tenía escondidas dentro de la casa. 
Durante las diligencias, los peritos hallaron 30 casquillos de bala, una bolsa con cápsulas que contenían polvo blanco, que se envió al laboratorio para saber qué es.

Al conocer el grado de violencia que emplearon los atacantes, los empleados entendieron por qué los médicos forenses realizaron las necropsias con tanta prontitud.

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(Foto: Ernesto Álvarez, El Gráfico)

 

Nunca antes, dicen habían visto que peritos de otras agencias llegaran a auxiliar a los forenses. Pero la rapidez no era para entregar los cuerpos a sus dolientes, sino para despachar los cuerpos antes de que ocurriera un nuevo ataque en las instalaciones de la fiscalía.

Mientras los cuerpos estaban en la funeraria en la colonia Cañada, lo que impera es el temor.

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