RELATOS ERÓTICOS

“Aunque fue de lejitos, terminé tan húmeda que todo me entraba”, por Helena La Mala

“Aunque fue de lejitos, terminé tan húmeda que todo me entraba”, por Helena La Mala

“Aunque fue de lejitos, terminé tan húmeda que todo me entraba”, por Helena La Mala (Foto: Archivo, El Gráfico)

Sexo 31/08/2022 14:37 Helena Danae Actualizada 14:37
 

Hola, mis amores, feliz miércoles. Como ya saben hago entregas de lencería; las pongo en una cajita muy mona, con foto autografiada y una cartita en la que les envío todo mi amor.

Uno de ustedes, mis fieles lectores, me contactó y me pidió el traje que usé en uno de mis últimos videos. Me apliqué y, cuando le llegó su paquete, me escribió nuevamente para pedirme una videollamada, acordamos la fecha y el día llegó.

Me puse coqueta con una lencería nueva y comenzamos. Platicamos un poquito para romper el hielo, hasta que llegó el momento de la acción.

Normalmente, no son mandones, solo me dicen que me toque y me deje llevar, pero él tenía indicaciones claras. Quería que me empezara a tocar por arriba de la ropa, dejando que mi flujo humedeciera mi tanga. Me pidió también: “pasa tus dedos por tu entrepierna, humedécelos de tu jugo y luego acaricia tus pezones por arriba del bra”. El escuchar su voz y hacer lo que me pedía, me prendió más.

Estaba tan húmeda que una verga podría haber entrado en mí sin problema. Seguí masturbándome por arriba de la ropa y luego, me pidió que la hiciera a un lado para dejarlo ver mi cosita. Estaba tan concentrada dándome placer, que no me percaté de lo que él hacía.

Miré la pantalla de mi celular y él estaba oliendo las prendas que yo le había enviado, mientras se masturbaba. Cuando se dio cuenta de que lo estaba observando, me dijo que era momento de terminar.

Pensé que se había molestado, pero él se refería a un final glorioso. Me pidió que sacara mi vibrador y me masturbara hasta llegar al orgasmo, un orgasmo real.

Le obedecí y apunté bien la cámara para que el disfrutara de mi rostro. Después de apretar los ojos por el placer, giré y ví mi pantalla, él estaba masturbándose con mi prenda y terminó, pero no en ella, la quitó justo a tiempo.

Le sonreí a la cámara y terminamos la llamada. Lo dejé disfrutar de su orgasmo en privado, más tranquilo. Cuando pudo recuperarse, me escribió y me dijo que la mezcla de verme e imaginarse tenerme cerca lo había vuelto loco, que el aroma de mi prenda le encantó. Terminó por comprarme también la lencería que usé durante su videollamada.

Después, estuve pensando muchas cosas de mi vida personal y decidí quitarme muchos miedos que no me dejaban experimentar algunas cosas. Entre esas cosas, está el conocer mi sexualidad de una manera nueva.

Estas videollamadas y el contacto con los fans me encanta y termino sexualmente satisfecha.

Aunque sea a distancia, pero me gusta hacerlo.

¿Qué cosa siempre has querido hacer y nunca te has animado?

Espero con ansias leerlos la próxima semana y que me tengan en sus manos.

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