Apagan mente brillante, asesinan a estudiante destacado del IPN en CDMX

CIUDAD DE MÉXICO.- El 15 de julio, Yahir fue apuñalado cruelmente a 20 metros de un módulo de la policía y de unas canchas, donde había quedado de verse con su amigo Roberto; a casi cuatro meses de su muerte en Gustavo A. Madero, no hay detenidos.

Aunque inicialmente se manejó como un asalto, en el que el estudiante del IPN se resistió a entregar 20 pesos cuando iba a la escuela, todo parece indicar que era una trampa para robarle su proyecto de una prótesis para mano.

“Yayo”, como era conocido, creció en una familia que se dedica a la reparación de aparatos electrónicos, lo que lo llevó a estudiar robótica. Al ser el más pequeño de sus cinco hijos, Maribel, no dudó en apoyarlo cuando eligió el Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecyt) 1 del IPN.

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Inspirado en los estudios de enfermería de su mamá, Yahir desarrolló una prótesis económica –cuyo costo comercial es de 700 mil pesos– para que estuviera al alcance de los que menos tienen.

“Mi corazón está destrozado, es un dolor horrible; él era mi último hijo, mi compañero de vida y mi motivo, mi ilusión”, recuerda entre lágrimas su madre.

Yahir y Roberto se conocieron en la Secundaria Técnica 82, y coincidieron en la “Voca”. Un día antes de su muerte, Roberto le telefoneó para invitarlo a jugar basquetbol en Mixcoac, pero colgó cuando oyó que Maribel estaba cerca, como si ocultara algo.

Mediante Messenger, Maribel vio los mensajes de Roberto en los que lo citaba la mañana del 15 de julio en “las canchas de Viveros”, en la colonia Las Arboledas, donde un sujeto le asestó 10 puñaladas en sus órganos vitales para asegurarse de su muerte y luego huyó con un cómplice que lo esperaba.

Ante la inacción de las autoridades, Maribel consiguió videos de la ruta hasta el lugar del ataque, incluso, donde se ve al agresor guardándose el cuchillo.

También descubrió que Yayo intentó pedir ayuda en un módulo de policías, pero estaba cerrado; al salir, uno de los agentes solo se limitó a pedir una ambulancia, pero nunca llegó.

“‘Ya carnal, ya déjame’, y lo seguía apuñalando y le decía ‘que ya, ni que la chingada’, lo arrodilla y le da puñaladas en la cabeza y le dice ‘bótate a la verga’”, le relató un testigo a Maribel. En la mochila que Yayo llevaba estaban sus dos celulares, pero no la libreta con el diseño de la prótesis. 

A casi cuatro meses, Maribel ha acudido a la Fiscalía y la Secretaría de Seguridad capitalinas, incluso, fue a ‘La Mañanera’, donde le dijeron “es una célula de narcotráfico, si usted quiere a su familia, deje las cosas así”; pese a todo, los deudos exigen que se investigue el caso.