PROBLEMAS DE VIVIR EN LA CIUDAD
Tráfico también afecta economía familiar, te explicamos la razón
(Foto: Cuartoscuro)
“Si así estuviera todos los días, sería maravilloso”, es la frase más común de los automovilistas que salen a la calle esta semana, previa al Año Nuevo, cuando muchas actividades laborales, escolares y de compras navideñas han bajado y disfrutan de un tráfico menos pesado en las calles de la Ciudad de México.
De acuerdo al índice TomTom el promedio de velocidad en las calles de la capital es de 20 kilómetros por horas y los chilango ocupamos 33 minutos para hacer un recorrido de 10 kilómetros, lo que provoca que al año estemos unas 269 horas frente al volante, un poco más de 11 días del año y seamos la ciudad número 13 con más tráfico a nivel mundial.
Esto provoca que se vea afectada la economía de las familias mexicanas que al estar tanto tiempo en el tráfico gastan más dinero, según señalan especialistas en el tema tras la reciente edición del Journal Economic Literatures que si bien se habla de que las naciones deben reducir las emisiones contaminantes, antes de implementar políticas adecuadas se debe pensar a qué nivel de ingreso afectarán más a la población.
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Los investigadores revisaron los datos de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) 2020, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, y encontraron que los servicios públicos (electricidad, agua residencial y transporte) representan aproximadamente 25 por ciento del desembolso total en los hogares, lo que limita el acceso a otros bienes y servicios, especialmente para los grupos con ingresos más bajos.
González Martínez detalló que, en este sentido, una estrategia de precios que reduzca los costos de la provisión de electricidad y transporte puede significar una aportación relevante al bienestar de la población y contribuir a la transición al desarrollo sostenible.
Pero precisó que al aumentar el ingreso de las familias tienden a bajar el consumo en alimentos, pero se incrementa el uso de vehículos particulares, es decir, se pasa de lo público a lo privado;.
Además encontraron que al incrementar el ingreso asciende el número de automóviles, accidentes y, sobre todo, de gases de efecto invernadero, lo que va en contra de las políticas internacionales con metas a 2050, alertó el maestro en Economía.
Según datos de la ONU, las personas deben destinar, máximo, 25 por ciento del gasto a electricidad, calefacción o agua, pero en México es 25.8, lo cual es elevado por la economía del país, subrayó.
Esto genera que a proporción del gasto en combustibles se eleve conforme también lo hace el ingreso, lo que ilustra la importancia de contar con formas de movilidad basadas en un transporte público moderno y más eficiente.
Por eso una sugerencia es aumentar impuestos a la gasolina para que sea más cara y desincentivar el uso transporte privado, señaló González Martínez, pero en este momento están subsidiadas por el Estado.
“Se busca una transición energética para cumplir las metas hacia el 2030, 2050 y 2070, y una de las herramientas que podría ayudar es precisamente una disminución en el consumo de gasolinas. La idea es que poner un impuesto a las gasolinas afectaría a quienes tienen más ingreso en lugar de quienes reciben un ingreso mediano, y tener políticas de subsidio para el transporte público”, puntualizó.
Para el investigador uno de los problemas, al menos de la Ciudad de México, es que se apuesta por incentivar el transporte privado y se deja de lado el público, pero se necesita aumentar la apuesta por lo contrario, es decir, sistemas como Trolebús o Cablebús que no generan emisiones contaminantes derivadas de la quema de gasolinas y otras formas de transportación como la bicicleta.