Lulú Petite revela detalles fogosos de sus mejores travesuras del 2023

Querido diario: No te extrañaré. No me quejo. Dejaste cosas buenas, pero prefiero mirar adelante. Allá siempre hay esperanza, lo tuyo son recuerdos. Algunos maravillosos, otros grises, como cada año. Así que, adiós.

En enero gracias por Alex. Qué manera la de ese vato de comerme el sexo. Lo hizo con una pasión y un hambre que me dejó viendo estrellas todo el mes.

En febrero me trajiste a Daniel. Cogí mirando el espejo del techo mientras él me penetraba como mariposa en alfiler.

Marzo fue Carlos. Hacía mucho que no me cogían en un columpio.

En abril Adriano, un italiano. Me puso de perrito. Coge rico y habla gracioso.

En mayo llegó Tomás, un trovador de clóset que trabaja de empresario. Me cantó al oído tras hacerme el amor. Pasé horas escuchándolo.

Junio fue para Iker, biólogo. Por mucho tiempo pensé que los vegetarianos cogían del nabo. Iker demostró que, al menos él, si “come carne”.

Julio me diste a Gabriel. Nos vimos en la suite de un hotel mamalón para sentir el cuerpo de un hombre maduro y poderoso que te coge sin piedad.

En agosto, Raúl. Flaco, greñudo, divertido. Con un pitote perfecto y una condición física que me hizo tocar el cielo cada que me cogía.

En septiembre cogí con Erik. Llovía tan fuerte afuera que el retumbar de los cristales ensordeció los gritos de mi orgasmo.

En octubre David. Me calentó tanto a besos, antes de que al fin me penetrara, que exploté apenas me la metió.

Noviembre me presentó a Simón. Caballeroso, alto, canoso y con un pene enorme y jugoso. Me puso contra la pared y me cogió de pie, comiéndome las tetas con desesperación.

En diciembre, Leo. Temblaba de frío cuando entré a su cuarto. Apenas me tocó, su calor me envolvió. Después de dos orgasmos estaba tan caliente que sudaba y los cristales en la habitación estaban empañados.

Adiós 2023. Déjale algunos consejitos a 2024 para que venga con puras historias buenas: Con salud, prosperidad, éxito, alegría y mucho sexo para todos.