HARTOS DE LA DELINCUENCIA
En Guerrero y Zacatecas, también viven el martirio de dar 'cobro de piso' a extorsionadores
La distribución de productos de la canasta básica los controlan las organizaciones criminales
(Foto: Especial)
GUERRERO.- La mañana del pasado 9 de enero, en la cámara de seguridad de la carnicería “Amai”, en el barrio de Pedro Martín, en Taxco, se ve a una mujer y un hombre en el despachador. Al fondo, en la calle, un hombre da unos pasos y de su chamarra, color verde militar, saca un arma larga.
Entra al negocio y con el brazo desocupado quita a la mujer. Sin pensarlo le dispara al locatario, los clientes salen corriendo. El locatario cae al piso, el hombre armado le suelta otra descarga. Sale del local y se pierde de la visión de la cámara.
El hombre asesinado era el propietario de la carnicería. La razón de su muerte fue la extorsión, cuenta un poblador que, por seguridad, no da su nombre.
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En Taxco, cuenta el poblador, los precios y la distribución de productos de la canasta básica los controlan las organizaciones criminales. La carne es uno.
Explica que toda la carne que se vende en Taxco tiene un solo proveedor: el crimen organizado. ¿Cómo lo hacen? Controlan el rastro municipal, desde ahí saben quiénes producen la carne, de dónde viene y quiénes la compran.
Acaparan toda la carne y la venden a todos los carniceros. Garantizan la venta de todo el producto y a los carniceros les imponen una “cuota extraordinaria”.
En Taxco, un kilogramo de carne de res puede llegar a costar hasta 250 pesos. Lo mismo pasa con el pollo, el pan, los refrescos, la cerveza. El crimen acapara y distribuye.
Incluso, en el Oxxo, ya prohibieron vender alcohol y la cerveza solo se vende en algunos lugares.
Extorsionadores se extienden hasta Zacatecas
“Pagas o quitas tu changarro”, es una de las consignas o avisos que los grupos delictivos les han hecho llegar a comerciantes fijos y semifijos de diversos giros en municipios como Zacatecas, Guadalupe, Fresnillo y Jerez, desde quien vende agua purificada hasta barberías y puestos semifijos de tostadas.
Muchas víctimas han preferido quitar sus negocios, otros no solo los retiraron, sino que huyeron de Zacatecas por el temor a que les hicieran algo, relatan testigos que conocen a algunas de las víctimas de extorsión o “cobro de piso”.
La gran mayoría no ha denunciado ante autoridades, ya que prefieren no entrar en conflicto “con esas gentes”, mientras que los que se animan a continuar con sus negocios les comentan que trabajan con temor.
Refieren que un día, un comerciante de Jerez, cuando terminaba su jornada laboral cerró su negocio, al poco tiempo, tocaron la puerta y se asomó; fue sorprendido por personas armadas que simplemente le notificaron que sabían que el negocio ya daba para “pagar piso”.
Al intentar explicarles que las ganancias del negocio eran variables, se limitaron a decirle: “O pagas o cierras tu changarro” y se retiraron. Sin pensar más, el comerciante decidió irse con toda su familia a vivir a otra entidad.
Algo similar aseguran que ocurre con los ambulantes de tostadas de cueritos, ya que también llegan personas a avisarles de la cuota.