HISTORIAS DE TAXIS
Taxista relata cómo pasó bien la noche con un mesero, en CDMX
El oficio de taxista es noble, porque a los operadores del transporte sin ruta fija les permite conocer casi todas las colonias de la Ciudad
(Foto: Unsplash)
El oficio de taxista es noble, porque a los operadores del transporte sin ruta fija les permite conocer casi todas las colonias de la Ciudad, así como a personas de diferente poder adquisitivo. Así que esa es la historia que nos compartió “El Mantis”.
“Ese es mi apodo, porque soy muy alto y demasiado flaco, y no me desagrada, porque va con mi personalidad.
“Soy una persona con facilidad de palabra, que le gusta mucho platicar, así les hago más ameno su viaje y hasta he cultivado algunas amistades.
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“Una noche fui por un pasaje fijo en La Condesa, donde trabaja como mesero. Ya salió medio entonado y yo, ya había ganado mucho más de lo del día y él estaba más que cubierto con las propinas, ya con ese ánimo, decidimos pasarla bien. Conozco un lugar donde trabajé y me hacen descuento.
“Total, que llegamos al lugar, el ambiente estaba muy bien, chicas, tragos baratos y baile. Al filo de las cinco de la mañana, decidimos pagar la cuenta y retirarnos.
“La cuenta fue considerable, pero razonable; sin embargo, al estar en la calle, dos chicas se nos acercaron para que siguiéramos la fiesta con ellas y no lo dudamos, nos fuimos a un lugar más privado y ya nos despedimos de ellas hasta las dos de la tarde.
“Fue una noche de copas muy divertida y más porque yo no soy casado, así que me puedo divertir cuando quiera”, concluye su relato.
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