RELATOS PICANTES
Helena Danae cuenta su alocada experiencia con el “potro del amor”
Es un sillón que parece una resbaladilla por su forma, pero ayuda bastante
(Foto: Especial)
Hola, mis amores, feliz miércoles a todas y todos. Espero que su semana esté de maravilla y que este miércoles mis palabras puedan encenderlos y darles un poquito de calor.
Ya hemos de hablado de los moteles en varias ocasiones y sobre lo que pueden hacer en esas habitaciones.
Ahí, otra de las amenidades es el sillón Kamasutra o también conocido como “Potro del amor”.
Es un sillón que parece una resbaladilla por su forma, pero ayuda bastante. Hasta en algunos moteles tienen una imagen pegada, donde vienen todas las posiciones que facilita este maravilloso sillón.
Ahí puedes estar dándole de manera cómoda y sintiendo placer, sin cansarte tanto.
Así que ahora se viene el relato del potro: El otro día, estaba en pleno delicioso cuando me puse creativa con mi pareja... primero, él me sentó en la parte más alta del sillón, tomó mis piernas en sus brazos y comenzó a embestirme duro y rápido.
Después de un rato, él se sentó en el hueco que el sillón tiene en medio y yo me puse sobre él en la posición de vaquerita.
Como me quedaba más abajo de lo que sería una silla normal, resultó mucho más cómodo el estar dándome sentones en él.
En otra posición, para sacarle jugo al potro, mi abdomen quedaba recargado en la parte más alta del sillón, mientras mi pecho estaba recostado en la curva, así él podía cogerme mientras me agarraba de las caderas.
Mi pareja y yo tratamos de imitar algunas posiciones que estaban en la hojita, pero la verdad sí había varias que teníamos que practicar más para dominarlas.
Eso sí, un consejo que les doy es que lo limpien antes de iniciar la diversión. La verdad es que se supone que el personal del lugar debe limpiar todo cuando dejas la habitación... pero, ¿para qué arriesgarse? Más vale extremar precauciones.
Me gustaría saber, ¿cuántas posiciones has probado en ‘el sillón del amor’?
Los adoro de manera infinita y espero con ansias la próxima semana, para que me tengan en sus manos.