ADORADORES DEL MAL
Altares demoniacos son comunes en narcotienditas, policías capitalinos temen tocarlos
Oficiales de la SSC prefieren ni tocarlos y piden sean levantados por brujos o con sales para evitar ser dañados
(Imagen Ilustrativa: Meta AI)
El pasado 6 de junio, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México cateó una vivienda en el Barrio de Tepito que era utilizada como punto de venta de drogas de La Unión. Un mes antes, en la colonia Peralvillo, también en la alcaldía Cuauhtémoc, se atacó otra narcotiendita. Además del decomiso de marihuana y cocaína, se hallaron altares con figuras en alusión al diablo.
Tanto personal de la SSC como agentes de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México capitalina (FGJ) tienen conocimiento de la presencia de este tipo de figuras, según consta en las carpetas de investigación.
(Foto: Especiales)
En las fichas técnicas que realizan los policías, los identifican y señalan como altares satánicos o centros de adoración diabólicos.
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Incluso, en los reportes se indica que a los oficiales les causa temor y no tocan nada de lo que ahí se encuentra. Los altares se desmantelan e incluso se hace un trabajo de limpia al centro de adoración con sal para evitar males, así lo tienen documentado los elementos de la SSC que llegan primero al lugar de los hechos.
En los reportes que entregan los oficiales no está establecido si contratan a alguien para realizar dichas acciones, pero uniformados consultados al respecto aseguran que, a veces, se recurre a un brujo para desmantelar el altar o incluso, si debe ser urgente, ellos mismos rocían sales.
Desde enero pasado los cateos en casas de seguridad y decomisos de droga de ‘La Unión Tepito’ o cualquiera de sus escisiones en todas las alcaldías desde la Gustavo A. Madero hasta Cuajimalpa, tiene una constante: en todos se han encontrado altares y tributos a Satanás, El Diablo, La Santa Muerte o Malverde, junto a estas figuras, pentagramas con pintura roja, estatuas de casi dos metros de altura con cabezas de cabra y cuernos retorcidos.
Para Antonio Mendoza, sociólogo por la UAM, la implementación de altares y adoraciones satánicas es un acto desesperado de los grupos criminales que operan en la ciudad, al verse acorralados por las autoridades y exhibidos, por lo que han pasado de ser temidos a ridiculizados.
“Para los traficantes lo más importante es el temor, el miedo que ellos puedan infligir hacia la gente los hace sentir bien, el poder todo lo que se relacione con posiciones de poder los atraen”, señaló.
(Foto: Especiales)