Taxista realiza su obra del día y apoya a desconsolado hombre que perdió a su esposa

“En todo ese tiempo me ha tocado ver de todo, son cosas a veces increíbles, pero ciertas, porque ser taxista es una constante aventura.

“En esta ocasión no es muy bonita que digamos, sino más bien triste. Afuera del IMSS de La Raza, un señor me hizo la parada. Ya en el coche, me dijo que iba a su casa por dinero para una funeraria, porque su esposa acababa de fallecer y que una funeraria le cobraba mucho, pero era la única opción.

“Y como uno en este oficio conoce todo tipo de gente, le dije que tenía un contacto en una funeraria en Iztacalco que le podía dar un buen precio.

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“Total, que el señor, quien no paraba de llorar, me dijo: ‘lléveme a mi casa y luego con su amigo de la funeraria. En el camino, me contó que su esposa se cayó al subirse a un banco para limpiar la cocina y se pegó en la cabeza. Que llevaba dos semanas en coma, pero debido a que el golpe fue muy fuerte, no sobrevivió. “También me dijo que tenía un niño con autismo y que mientras él trabajaba, su esposa lo cuidaba y lo llevaba a sus terapias, y eso me rompió el corazón, porque una muerte hace infelices a muchos, en este caso a estas dos personas. Llegamos a la funeraria, le conté su historia a mi amigo y la verdad que le dio un superprecio; yo no le cobré el servicio, porque el dinero de la dejada se recupera, pero la vida, no”.

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