LA RECORDAMOS EL 2 DE DICIEMBRE
Santa Bibiana: Una corta y trágica vida
El amor a Dios no tiene edad y se forja desde el amor de la familia
Foto: (Especial)
El amor a Dios no tiene edad y se forja desde el amor de la familia. Así es como nos lo enseña Santa Bibiana o también conocida como Santa Viviana, a la que recordamos este 2 de diciembre.
Aunque son pocos los destalles que se conocen de su vida, se sabe que Santa Bibiana nació alrededor del año 347 en el ambiente sereno de una familia cristiana.
Sus padres fueron Flaviano, prefecto de Roma, y Dafrosa, una mujer perteneciente a la nobleza romana; la pareja también procreo a otra hija más llamada Demetria.
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La vida dura de los primeros cristianos quienes eran perseguidos y asesinados por los gobernantes de la época que no reconocían su fe.
Así sucedió en tiempos de Juliano conocido como el “apóstata” quien al ascender al trono romano rompió con el régimen establecido por su predecesor, Constantino, a través del Edicto de Milán se declaró pagano por lo que intentó restablecer los antiguos cultos del imperio e inició una nueva persecución.
Esto afectó considerablemente la vida de la Santa y su familia ya que, con el cambio de poder en el año 361, Flaviano, el padre de Bibiana y creyente cristiano, fue relegado de su cargo y en su lugar fue nombrado Aproniano, un pagano muy cercano al nuevo emperador.
Ante esto Flaviano se vio forzado a retirarse de la vida pública por lo que se dedicó al cuidado de los necesitados y perseguidos. Sobre todo, a asegurar que los cristianos sacrificados en el martirio pudiesen tener siempre una sepultura decorosa, de acuerdo con el mandato de la caridad cristiana.
Sin embargo, esto lo llevaría a tener el mismo destino ya que cuanto Aproniano se enteró de esta tarea asumida por su predecesor, lo mandó a asesinar.
Con la muerte de Flaviano, su esposa Dafrosa y sus dos hijas se deshicieron de sus bienes y pasaron a vivir en la clandestinidad.
Las tres mujeres se mantuvieron escondidas, dedicadas a la oración y viviendo modestamente, sin embargo, al ser ubicada por sus enemigos fueron obligadas a renegar de su fe en Cristo. Como se negaron a hacerlo, Aproniano mandó ejecutar primero a Dafrosa, quien murió decapitada el 6 de enero de 362.
Indefensas por la muerte de sus padres, el prefecto pensó que sería más fácil someter a las jóvenes por lo que hizo un nuevo intento por forzar a Bibiana y Demetria a abandonar su devoción. Por lo que las encerró en una celda y les retiró todo alimento. Demetria murió de hambre, pero con su cristiandad intacta.
Bibiana sobrevivir a no probar alimento, por lo que Apropiana la mandó con un ‘padrote’ para prostituirla. Pero también fracasó y con el coraje de no poder doblegarla, ordenó que Bibiana fuera atada a una columna y flagelada hasta morir.
Una vez fallecida, los soldados encargados de ejecutarla echaron su cuerpo a los perros, pero un grupo de cristianos lo rescataron y lo sepultaron junto a las tumbas de sus padres y de su hermana, muy cerca de la casa en la que había vivido.
Cuando la persecución acabó, los cristianos rindieron culto a la ejemplar familia e iban a rezar al lugar donde quedaron sus restos. Décadas más tarde, el Papa Simplicio ordenó la construcción de la actual basílica dedicada a la santa, ubicada sobre el monte Esquilino.
Santa Bibiana es reconocida como la patrona de los epilépticos e intercesora frente al dolor físico, especialmente aquellos relacionados a la cabeza, y se le invoca cuando alguien sufre convulsiones.