Sandra, a la conquista de la Torre Latino

En el 2008, la gente se reía cuando Sandra Núñez les decía que se dedicaba a subir escaleras. Siete años después, esta mujer de 42 años, regresa de Las Vegas enlistada entre las diez primeras corredoras verticales del mundo y lista para participar en la primera carrera con reconocimiento de la Federación Mundial de Grandes Torres (Towerrunning World Asociation) en México.

Los 42 pisos con 720 escalones de la Torre Latinoamericana serán la pista que deberán escalar hoy, 500 participantes en el menor tiempo posible.

Se pueden subir de dos en dos los escalones o agarrando el barandal para quitarle peso a las piernas. Escalar de esta forma significaría cargar los kilos exactos que pesa tu cuerpo hacía el último piso, que por la ley de gravedad, mientras más subes más pesado se vuelve.

El Tower Running Challenge 2015 es una serie de carreras en rascacielos alrededor del mundo; ha recorrido lugares como Estados Unidos, Londres y después de la sede en el DF, seguirá en Polonia, Francia y Qatar.

Para ganar, esta deportista se  entrega por completo durante el  entrenamiento, y después en la carrera.  “Lo único que pienso es en subir mi cuerpo a través de todos esos pisos”.

Además de esta preparación mental, en carreras como las que se llevará a cabo este fin de semana, Sandra explica que es necesario practicar dando lo mejor de sí.

En la justa  participarán corredores de élite de Eslovaquia, Italia, Alemania, Austria y Estados Unidos, quienes buscan  elevar su puntaje a nivel internacional por medio de este circuito.

A ella de niña le gustaba subirse a los árboles y postes para divertirse. Hoy lo hará también para demostrar que en su categoría es la mejor.

Dice que la carrera vertical es un deporte económico y noble que lo único que te hace invertir es el doble de gasto calórico del cuerpo al ejercitarte, en contraste con otro tipo de ejercicios.

“Para mí, la escalera significa el camino por el cual puedes subir y llegar a una meta. La carrera vertical es una analogía de la vida. Llegar al último escalón del último piso de un edificio significa una victoria íntima, que al final es producto de todo tu esfuerzo.