Cuerpazos de campeonato

Sexo 12/08/2016 05:00 Raúl Piña Actualizada 05:00
 

Brasil abre sus puertas al mundo y Río de Janeiro se viste de fiesta.  La inauguración de los   XXXI Juegos Olímpicos comenzó con una ceremonia tan aburrida como bailar una calmada con una hermana.  Ya casi al final, medio se compuso y se convirtió en la antesala de grandes eventos que nos tendrán atentos por 15 días.

Para la comunidad gay, este tipo de justas deportivas, son más bien como colirio para los ojos. Hay competencias que a mis jotitos amigos no les interesan para nada, como el tiro con arco, el judo, jabalina, tiro con bala, esgrima, tae kown do, etc.

No señor, a mis dulces y cándidos amigos les encanta lo que muestre cuerpo y sudor.  Ya desde el desfile de las naciones hay gritos de "¡mira el de Italia, no mames, qué cuero el de Bulgaria, ese de Nigeria es un papacito!”.

Por cierto, el que se llevó las palmas, suspiros y llenó las redes sociales en menos de una hora fue el abanderado de Tonga.  Nadie que yo conozco —incluido yo—, sabía dónde estaba ese lugar del mundo, pero bendito Google nos solucionó el problema y a correr  a buscar entre el clóset de las hermanas las faldas de rafia, los pompones y los brassieres de cocos para tomar el primer avión a las islas polinesias.

Lo que atrae de este evento a mis amiguitos es ver a los ciclistas en licras, a los chavos de atletismo, cómo al correr se les mueven los bultos de un lado para otro como haciendo buches. Piernotas llenas de músculos por todos lados. Negros enormes con caras de dioses y estaturas que tocan el techo del cielo.

Cuando aparecen los gimnastas, derrame de emociones al ver esos bíceps, tríceps, cuádriceps y las miradas de concentración, la agilidad y esas tremendas nalgotas que se marcan con esos shorts que parecen trajes de baño.

La natación y los clavados son la oportunidad para ver piel y más bultos acomodados sutilmente bajo el bañador.  Espectaculares figuras que tienen los clavadistas. Parecen efebos alados.  Si duda, los favoritos de la comunidad gay.

La lucha greco-romana es sin duda la más homosexual de todas las competencias y ponen al auditorio gay de nervios. Nos ponemos cachorros al ver esos cuerpos perfectos en posiciones que parecen salidas del Kamasutra.  Más cachondez no se puede.  Sudor, lucha, cuerpo a cuerpo, mucha adrenalina.

Estos Juegos Olímpicos marcan la diferencia por tener a 42 atletas que abiertamente se han declarado gay y que han levantado la voz para hacer de este evento los verdaderos juegos de la hermandad. 

Esta es, sin duda, la olimpiada más ‘gay friendly’ de toda la historia, tanto que  la voluntaria Morjorie Enya aprovechó unos minutos en el estadio, y le pidió matrimonio a micrófono abierto a su novia —jugadora de rugby de Brasil—, Isadora Cerullo.  Las jóvenes cerraron su compromiso con un beso y con la frase 'el amor siempre gana'.  Brasil aprueba los matrimonios del mismo sexo desde el 2013.

Países como Holanda, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Brasil, Reino Unido (Tom Daley en clavados, gran favorito), han llegado a Río con todo el entusiasmo y las ganas de triunfar como cualquier otro atleta.

Víctor Gutiérrez, el mejor ‘boya’ del equipo de waterpolo de España, salió del clóset a mediados de julio en una entrevista para una revista gay, y con sus declaraciones trató de romper el tabú que existe en las organizaciones deportivas.  Irónicamente, no fue convocado a asistir a la olimpiada, lo cual demuestra que aún existen prejuicios y manipulación de directivos con mentalidad machista que no aceptan o no entienden que la preferencia sexual no tiene nada que ver con tu rendimiento en el terreno de juego.

Por lo pronto, a disfrutar cada día de las competencias con mis ‘joti-amigos’ entre vivas y hurras, chelas y martinis, botanitas y comentarios candentes.

Ojalá que un día podamos promover el verdadero espíritu de inclusión y participación, y de ese modo perseguir un crecimiento personal en un evento deportivo y en la vida misma.

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