Rock incómodo para Latinoamérica: Revólver Plateado

Por Luis Javier Maciel Paniagua

Dos hombres maduros, con sombreros de lana, anteojos oscuros y una pinta clara de roqueros llegan a la redacción de El Gráfico. Mauricio no deja de cruzar las piernas, donde reposa sus brazos adornados de tatuajes. Tato es menos ansioso, espera el momento para intervenir en la charla.

Ambos son integrantes de Revólver Plateado, una banda de rock nacida en Bogotá, pero que tiene como primera frontera el mundo de habla hispana. Están de gira por primera vez como agrupación y se estrenaron en México, en el Festival Internacional Quimera 2016, realizado en Metepec.

Mauricio Colmenares, compositor y vocalista, admite que presentarse en el extranjero se siente como una experiencia nueva: “Es muy emocionante, es como si fuera la primera vez que fuéramos a tocar las canciones. Se siente así, También se siente que estamos en una ciudad monstruosa, gigante”.

Tato Angulo, bajista y voz, mientras toca su chamarra de cuero, sin dudarlo, admite que la experiencia hasta el momento ha sido inolvidable: “No me esperaba que en los hechos México rebasará lo que me había imaginado de él. La gente es muy amable y te respetan mucho en la calle, cosa que a personas de otros países les hace falta. La gente es muy cálida”. Por esta razón, ambos desean visitar nuestro país dos o tres veces al año.

Video: Cortesía YouTube

Estos colombianos conocen su público: Adultos jóvenes sobrevivientes del rock, que no desean cambiar a las nuevas variaciones musicales. “Nosotros no inventamos la rueda. Somos de esos pocos guerreros que quedan del periodo clásico. Nos diferencia que somos crudos, viscerales, vamos al punto y nuestras letras, que contienen temas que la mayoría de las bandas no tocan”.

Cuatro años atrás, cinco músicos con proyectos personales decidieron unirse y conformar una agrupación. Su intención es interpretar temas difíciles que se viven a diario en los países de Latinoamérica, al igual que los conflictos del alma. Las guerras políticas y personales conviven en una lucha de demonios que se buscan depurar con las melodías de la guitarra.

Los músicos confían en la dirección de Mauricio, aunque él no siempre tuvo las cosas claras, porque debido a una enfermedad neurológica tuvo que abandonar su carrera como guitarrista: “En este momento fue que yo me enojé con la música y tuve que reflexionar sobre a qué dedicarme. Ahí surgieron las canciones”.

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Con una clara convicción, Tato confiesa que el proceso creativo de la banda es de lo más natural, no se complican demasiado: “Mauricio escribe la letra y le da una base musical. De ahí todos partimos y va surgiendo lo demás”. 

No obstante, es muy religioso y esta conexión le permite comprender que lo más importante es no para de hacer melodías para los demás: “Lo más importante es seguir haciendo música y todo lo demás vendrá por añadidura, no es que lo demás no sea importante, pero la música nos traerá todo lo que deseamos”.

Así que, si desean una grata probada de rock internacional, podrán caerle a tres conciertos más en México: el primero en el Multiforo 246 el día miércoles a las 19:00 horas, junto con Cuervo Viejo, Lovekills y Los Makenzy, a 60 pesitos. 

El segundo es el jueves en el metro San Lázaro, de 13:00 a 15:00 horas, en el transborde de la línea 1, entrada gratuita, y el tercero en Puebla, junto a la agrupación mexicana Motor, en el Good Stock Bar en Atlixco, con un costo de 50 pesos.

No hay más, ya saben dónde y cuándo escuchar a una banda emergente, con el nivel de abrirle concierto a Aerosmith y con mayor prestigio cada día: “Vamos a tener una sorpresa para todos los mexicanos en estas presentaciones que esperamos nos salga bonita. No se arrepentirán. Van a escuchar una banda visceral, sincera y muy fuerte”.