Las medicinas alivian y sanan al organismo de diversos males, pero muchas veces no cumplen con estos fines porque la gente no las consume cuando debe o no visita al médico antes de tomarlas.
Expertos en este campo de Norvartis recuerdan que los medicamentos son sustancias esenciales para conservar la salud de las personas.
Se definen a la medicina como una sustancia que, administrada interior o exteriormente, sirve para prevenir, curar o aliviar la enfermedad y corregir o reparar secuelas.
¿Cuántos tipos hay y para qué sirven?:
Analgésicos: Alivian el dolor producido por golpes, heridas, torceduras, quemaduras o enfermedades como gripe o resfriado, entre otras causas, debido a que bloquean los impulsos en las terminaciones nerviosas. Un ejemplo común es el paracetamol y el ibuprofeno.
Antibióticos: Son capaces de interferir los procesos vitales de bacterias causantes de infecciones. Agrupan, entre otras sustancias a la penicilina y no se aconseja su automedicación, pues pueden provocar reacciones alérgicas a los mismos y no son efectivos en el tratamiento de infecciones por virus.
Antihistamínicos: Controlan reacciones alérgicas, congestiones, escurrimiento nasal, lagrimeo, estornudos, inflamación de la piel, ronchas, comezón, mareo, dolor de cabeza o diarrea son reacciones debidas a la producción de histamina. La función de los antihistamínicos consiste en neutralizar, destruir o impedir la producción de esta sustancia.
Antisépticos: Eliminan o impiden el crecimiento de algunos tipos de bacterias que se encuentran en la piel y en membranas mucosas; son útiles para desinfectar heridas leves, raspones y cortaduras y prevenir infecciones en la piel. Algún ejemplo de ello es el alcohol.
Antiácidos: Combaten agruras, ardor en el estómago y zona media del pecho, debido a que neutralizan la producción excesiva de ácido clorhídrico en el estómago, lo que comúnmente se debe al consumo de alimentos irritantes y muy condimentados, nerviosismo y estrés.
Antimicóticos: Alivian infecciones por hongos como pie de atleta, que causa comezón, piel cuarteada, mal olor y, en ocasiones, pequeñas ampollas. Los expertos de Novartis recomiendan consultar al médico antes de tomar algún medicamento y en ningún caso automedicarse.
