La literatura y el periodismo policiaco pueden encontrar en la dureza de sus crónicas un común denominador, la rispidez que en muchas ocasiones se filtra hasta la personalidad de quien cuenta sus historias. Las imágenes, vivencias, sonidos y olores de las escenas del crimen son marcas imborrables que permean el día a día de los escritores de nota roja. Difícil encontrar en el periodismo rojo la otra cara, el rostro humano; la inmediatez y saturación de eventos criminales impiden que el periodista detenga su apresurado paso y escuche a profundidad las historias del horror, la impunidad y la violencia. Un personaje que no ha volteado la mirada ante el sufrimiento ajeno es el cronista, narrador y literato: Víctor Ronquillo, pluma íntegra que plasma en cada párrafo la injusticia y el dolor.
De 60 años de edad, Ronquillo es egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional, ha colaborado en diferentes medios impresos, radiofónicos y televisivos, tanto públicos como privados; su talentosa escritura le permitió ser becario del Centro Mexicano de Escritores y del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Acostumbrado a destapar la cloaca de las corruptelas y la impunidad, uno de sus primeros trabajos fue: “La Muerte viste de Rosa” (1994), en la que narró y sacó a la luz una serie de asesinatos contra la comunidad homosexual al sur del país, específicamente en el estado Chiapas; la crónica fue finalista del prestigiado premio Rodolfo Walsh de la Semana Negra en Gijón.
Una historia muy similar de denuncia y apoyo a las víctimas fue su destacado trabajo en el libro: “Las muertas de Juárez”, publicado justo en el centro de la vorágine violenta que originó que nuestro vocabulario incluyera en su lista el término “Feminicidio”.
Narrado con dureza, pero con la emotividad y respeto que caracteriza a Víctor Ronquillo, el libro ayudó a que el país entero conociera una pesadilla de la que desafortunadamente no ha podido despertar, “Las Muertas de Juárez” superó amenazas e intentos de desprestigio, como única arma de defensa mostró la veracidad de sus vivencias y honestidad en sus palabras, suficiente para disipar cualquier duda que pudiera nublar la existencia del trabajo periodístico.
Ronquillo ha compartido espacios con otros importantes personajes del género, colaboró en la colección “Nota roja” de Editorial Diana y ha participado en distintas compilaciones de cuento policiaco junto a Paco Ignacio Taibo II, Agustín Sánchez, Eduardo Monteverde, Sergio González Rodríguez, entre otros.
Si la historia de Juana Barraza y los homicidios contra personas de la tercera edad, no era lo suficientemente atractiva, Ronquillo la llevó a un nivel íntimo y novelesco en el texto: “El Blues de la Mataviejitas” (2006) al que siguieron los textos: “Sicario, diario del diablo” (2009) y “Secuestro los muertos que traigo encima” (2010).
El trabajo periodístico de Víctor Ronquillo ha tomado un camino diferente desde hace algunos años, sin alejarse de la denuncia social, ahora su tinta se orienta a la cobertura de una de los más grandes problemas del hombre: la migración. El libro: “Migrantes de la pobreza” y la serie televisiva: “Los otros nosotros”, son un botón de muestra de la claridad y fidelidad de principios de un escritor sonriente y amable, a pesar de mirar directamente la muerte y escucharla reír, él, sigue sonriendo con amabilidad.