La cordialidad es una de las costumbres milenarias en Japón y pilar del nacimiento de un comercio de puerta en puerta, que realizan miles de mujeres con nombre y apellido, “Yakult Ladies”.
En las calles de Tokio y de muchas ciudades japonesas, y del mundo, las vendedoras van hasta las casas y oficinas para ofrecer los productos. Esta red de ventas a domicilio nació en 1963.
Tradición y oficio de bien
En bicicletas, motonetas o empujando prácticos carritos, las Yakult Ladies son vistas y recibidas con confianza. Ellas son parte de la cultura japonesa y cumplen su tarea de entrega, respetando una cuestión sagrada en la nación de oriente, la puntualidad.
No son simples comerciantes, poseen el arte de la comunicación, esencial para el modelo operativo de Yakult. Tienen los conocimientos para explicar a los clientes los beneficios saludables de los variados productos que ponen en sus manos. En Japón existen 2 mil 500 centros de distribución de la marca a los que acuden a diario unas 36 mil 600 mujeres a surtirse de productos que llevarán a casas y oficinas.
Se trata de un oficio de vida, las Yakult Ladies son mujeres que, con sus hieleras mantienen los productos a buena temperatura y los dejan en manos de sus clientes, que se ha convertido en un ritual.
Estas agentes de ventas tienen contacto casi diario con los compradores de casas y oficinas.
Muy trabajadoras
En Japón y otros países, las Yakult Ladies son símbolo de independencia (reciben una comisión por sus ventas), en un modelo de negocio en que vendedoras y consumidores son aliados.
La empresa invierte en las damas: durante dos semanas las capacita, una semana se dedica a la teoría y la otra al trabajo en campo. Las Yakult Ladies comienzan su jornada antes de las 8 am y terminan a las 3 pm. Por esto, es un trabajo popular entre mamás. Siempre amables, entregan los productos.
Vestidas con impecable uniforme de blusa azul, falda oscura a cuadros y sombrero para protegerse del sol, van a casas y oficinas, se anuncian y esperan con paciencia para entregar los productos que cada cliente elige en el momento o que ha pedido.
Siempre amables, con una sonrisa, entregan los productos. En una charolita reciben el dinero que les pagan, lo guardan en su bolsa si es exacto o depositan cambio en la misma charola.
Todo funciona perfecto, hay confianza entre la persona que compra y la Yakult Lady.
